viernes, 25 de mayo de 2018

El Castillo de Canena, perlas de historia para disfrutar

Saludos amigas y amigos.

Hoy nos vamos al corazón de la provincia, para conocer una pequeña población que guarda un tesoro que es el orgullo y símbolo de la misma.

 

Nos vamos a Canena y nos acercamos a su castillo palacio, ejemplo de arquitectura militar renacentista.


Situado en la parte alta de la población, contemplando desde lo alto de la misma todo el pueblo, encontramos este castillo construido a mediados del siglo XVI. Esta población que tiene su origen en tiempos de la ocupación romana y que surgió para reforzar las rutas mineras que conducían a Cástulo y al tiempo para ocupar el territorio próximo a Baeza, cambió tras la invasión árabe a una alquería que fue conquistada por Fernando III en 1226 y que curiosamente se repartió entre las Órdenes Militares de Calatrava y Santiago.


Pero puesto que las cosas compartidas son difíciles de llevar y más aún por dos órdenes de caballería que pujaban por el poder en la época, pocos años después el rey Fernando IV la expropió para entregarla al pueblo de Úbeda.


En 1473, Sancho de Benavides se apoderó del pueblo e inició la construcción de un castillo bajo medieval, incumpliendo las normas de los Reyes Católicos de no construir nuevos castillos, siendo denunciado por el concejo de Baeza.


Finalmente Francisco de los Cobos adquirió el pueblo y levantó el castillo en 1557 de nuevo sin permiso real, en teoría, para defenderse de los Molina, familia rival de Úbeda, aunque realmente quería dejar una nueva obra para inmortalizar su nombre.




Contando como arquitecto con Andrés de Vandelvira, con la presencia del maestro cantero Francisco del Castillo el Viejo y el escultor Esteban Jamete; De los Cobos murió antes de ver terminado el castillo.


Un castillo de planta cuadrada con las esquinas con torres cilíndricas que parecen inacabadas. De ellas sobresale la Torre del homenaje también cuadrada.



La portada flanqueada con columnas corintias aparece decorada con los escudos de Francisco de los Cobos y su esposa MarÍa de Mendoza junto a figuras fantásticas. Quedan también los restos dejados por el antiguo puente levadizo.


 

Su interior guarda toda la esencia de un palacio renacentista.



El patio cuenta con una escalera más propia de un convento que de un castillo y se encuentra decorado con arcos con columnas jónicas con capiteles ricamente decorados, sumados a bajorrelieves con rostros humanos.


El mobiliario interior intenta imitar al que existiría en tiempos de De los Cobos.



La visita en sÍ, termina al acceder a la azotea de una de las torres desde donde podemos ver unas hermosas vistas del pueblo y de la campiña que la rodea.


Una visita que se queda corta, puesto que básicamente el 90% del castillo no es visitable.


Por esto mismo se ofrece una visita posterior al Museo de las Telecomunicaciones de Canena.

Pero esto amigos, es cosa de otro episodio.

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