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lunes, 8 de octubre de 2018

Frailes, corazón serrano de agua y sosiego

Saludos, amigas y amigos.

Hoy, me encuentro feliz por volver de nuevo mis pasos a mi Sierra Sur de Jaén querida. Un lugar cautivador, con bosques vírgenes y salvajes desconocidos por la mayoría, que esconden hermosos pueblos donde aún es posible disfrutar de esa vida lenta, auténtica y tradicional que poco a poco se va olvidando en este mundo globalizado y loco.


Os quiero invitar a conocer uno de esos remansos de paz; hoy nos dirigimos a Frailes. 


Frailes es un pueblo de frontera; frontera entre las provincias de Jaén y Granada, y frontera entre el olivar y la sierra.

Entre el llano y las calles empinadas, surge Frailes.

Esta pequeña población, antigua alquería árabe conquistada por Alfonso XI junto a Alcalá la Real, fue creciendo entre las laderas que se levantan a la orilla de los arroyos que corretean por su vega y que acaban formando el Río Frailes que después se transformará en el Río Velillos.


Una vega que alimentó desde siempre a esta población haciéndola crecer paulatinamente. La riqueza en aguas del lugar aún hoy sigue siendo famosa y las múltiples fuentes que adornan el pueblo, le dan un carácter que muchos envidian en esta tierra tan privada del gran regalo del agua.


Para comenzar nuestro paseo, lo hacemos desde la zona baja que ya desde este punto forma un singular entramado de calles que tienen que adaptarse al tajo por el que cruzan dos ríos, y donde abundan las oquedades reutilizadas como casas cuevas o tabernas.



El paseo por esta larga avenida, franqueada en sus inicios por la Ermita de San Pedro y la Fuente Elvira, va bajando entre parques y zonas con árboles frondosos mientras vamos acercándonos al edificio del Balneario; el cual antaño existió en el lugar y hoy se está tratando de recuperar de nueva planta para atraer a turistas a disfrutar de las ricas aguas del lugar, como antaño ya se hacía.


Si comenzamos a ascender por sus tortuosas calles, el sonido del agua será una constante en nuestro caminar mientras nos vamos adentrando en el Frailes más histórico.


Entre casonas históricas, encontramos la Iglesia de Santa Lucía, adornada con una fresca y cantarina fuente que forma un hermoso escenario desde donde contemplar además, unas bellas vistas que la altura nos va ofreciendo conforme vamos ascendiendo.



El templo, construido en el siglo XVI, aunque ampliado en varias ocasiones al tiempo que aumentaba la población local; guarda la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, cuya devoción entre los fraileros/as es muy grande.



Si seguimos ascendiendo por estas calles, nos vamos empapando de la hermosa y sencilla vida de los habitantes de esta zona rural; donde aún se mantiene el blanco de la cal adornado por flores ornamentales que llenan de luz y color cualquier rincón.


Eso sí, rincones que, de nuevo, vuelven a estar ataviados por el agua, que entre flores y adornos aparece en forma de torrente o pequeña cascada a cada segundo. Solo de pensar como debe de ser vivir con este constante murmullo de agua, uno se enamora más y más de este pueblo.


Casas cueva vuelven de nuevo a asaltarnos en nuestro caminar, adornadas por todo un festival de color cuidado primorosamente por los vecinos, que miman su pueblo como su propia casa que es.


Lentamente vamos llegando a la zona alta, donde nos espera El Nacimiento.


En una coqueta plaza, se encuentra este excepcional manantial que con su enorme caudal, surge de las entrañas de la tierra formando un gran caño de agua escoltado por dos grifos aledaños.


Multitud de geranios en hilera van guardando el agua a su paso, dirigiéndose hacia el lavadero aledaño que aún se mantiene en uso rechazando muchas paisanas la lavadora y lavando sus ropas como se hizo en estas aguas durante siglos.



Para terminar nuestro paseo, vamos encaminándonos hasta la zona más alta del pueblo, ya fuera del casco urbano, en una zona rodeada de almendros y encinas y vamos recorriendo el camino de El Calvario hasta llegar a la Ermita de la Virgen de las Angustias.



Dicha ermita, que preside desde las alturas todo el pueblo como un faro que señaliza y guía al viajero, ofrece unas increíbles vistas de todo Frailes y del hermoso entorno que rodea a este bello pueblo en el que hoy ponemos punto y final a la visita, aunque sin duda volveremos puesto que, Frailes bien merece siempre una visitar.

jueves, 23 de agosto de 2018

Playa del Tamujoso en Baños de la Encina. La playa a la sombra de un castillo.

Saludos amigas y amigos.

En época estival, muchos de los que vivimos en el interior miramos quizás con cierta envidia a los habitantes de la costa por vivir al lado de la playa, por lo que significa en cuanto a clima y al uso lúdico que siempre asociamos al mar.

Pues bien, si nos parásemos a pensar un segundo y a conocer un poco nuestra provincia, nos daríamos cuenta de que una vez más Nuestro Jaén es capaz de proporcionarnos todo cuanto necesitamos, incluso para vencer nuestras ganas de playa...

Hoy, os invito a conocer un lugar de cine y nunca mejor dicho, puesto que aquí se rodó El Capitán Trueno y el Santo Grial.


Vamos a conocer un lugar muy cercano a Baños de la Encina, un monumental pueblo a caballo entre Sierra Morena y la Campiña que guarda un hermoso entramado urbano muy complejo donde se mezclan imponentes casonas de fachadas pétreas escondidas en calles con un marcado aire medieval, junto a calles rectas y anchas pero con mucho carácter andaluz.


Cruzaremos el pueblo siguiendo la señalización para dirigirnos al pantano del Rumblar, a poco más de dos kilómetros de distancia. Adentrándonos en el bosque, un auténtico mar interior nos sorprenderá majestuoso.


En verano, las “costas” de este mar y de esta Playa del Tamujoso están pobladas de bañistas que reúnen a gente de muchos pueblos de la provincia. Sus aguas cristalinas son un regalo para pasar un buen fin de semana en un entorno excepcional.


Podemos estacionar el coche muy cerca de la orilla, donde ya podremos ver las rojas arenas que bordean las cálidas aguas de este mar interior. Si además disponemos de alguna embarcación, podremos surcar estas aguas y descubrir las islas que salpican este pantano.


Pero es que además, podremos conocer joyas históricas sumergidas bajo el agua, puesto que aquí encontraremos el poblado argárico de Peñalosa, que en buena parte se encuentra sumergido bajo las aguas; lo que también daría pie a sumergirnos bajo estas aguas y disfrutar de la arqueología submarina.



En definitiva, este verano podemos disfrutar de Jaén con otros ojos y con todos los sentidos, olvidándonos del calor en los muchos mares interiores de la provincia.


¡Y es que Jaén guarda mil y una sorpresas para quien lo quiera conocer!

lunes, 20 de agosto de 2018

La Playa de Mogón, paraíso veraniego entre sierras.

Saludos, amigas y amigos.

Aunque ya lo hemos repetido varias veces en este blog, hoy toca de nuevo decirlo: ¿Quién dice que en Jaén no tenemos playa?


El calor que golpea nuestro mar de olivos se vuelve mucho más llevadero, si aprovechamos la gran cantidad de espacios acuáticos que nuestra provincia atesora, unos más salvajes y otros habilitados para el baño. 


Sea como fuere, aquí muy cerca de casa podemos disfrutar de auténticos paraísos sin salir de nuestra provincia.


Hoy os traigo un nuevo ejemplo, vamos a descubrir la Playa de Mogón.

 

En la localidad de Villacarrillo, se encuentra esta pequeña pedanía a los pies de la Sierra de Cazorla, bañada por varios ríos que bajan recién nacidos de sus cunas montañosas.

 
El gran río andaluz, el Guadalquivir, se encuentra en esta pequeña población con el río Aguascebas, que aunque de pequeño recorrido, suele ser muy caudaloso. 


Pocos metros antes de fundir sus aguas para siempre en un abrazo, el Aguascebas se remansa y forma una hermosa piscina natural, que es el orgullo de los lugareños y todo un reclamo que en verano atrae visitantes de media provincia.


Esta piscina natural está formada por un gran remanso rodeado por un frondoso bosque de ribera, que sustituye los bosques de la Sierra de las Villas por donde han ido corriendo estas aguas.


Tras pasar por el ojo del puente que comunica con la sierra, llegamos a esta joya de grandes dimensiones que domestica la orilla del río y ofrece un lugar idílico para disfrutar de sus fresquísimas aguas, y es que se nota y mucho, cómo las aguas bajadas desde las alturas no tienen tiempo de subir un par de grados; haciendo que el baño sea de los refrescantes de verdad.


Este río, además, da más de una alegría a la zona independientemente de la época; pues sierra arriba y sobre todo en invierno, forma la espectacular cascada de la Osera.


En esta playa serrana, no solo encontramos toda clase de comodidades para disfrutar de un día a remojo olvidándonos de los rigores veraniegos, sino que tenemos muy cerca cantidad de bares y establecimientos para disfrutar de las buenas viandas de la sierra.

Además, el lugar ofrece muy buenas zonas para la fotografía, no solo en la zona de baño sino también en la pequeña cascada que forma la presa que contiene el agua del lugar.


En definitiva, un lugar cautivador para disfrutar este verano, para descubrir en persona y disfrutar sin tener que salir de Jaén, sin tener que recorrer grandes distancias, sin colas, sin atascos, de tanto como ofrece nuestra tierra.


Este verano, ¡quédate en Jaén!

lunes, 23 de julio de 2018

El Río Cuadros en Bedmar: un entorno para disfrutar

Con la llegada del calor veraniego a nuestra provincia, la gran mayoría de los jaeneros buscamos refugio en lugares frescos y a ser posible debido a los tiempos que corren, asequibles.

Piscinas, los pocos torrentes de agua que sobreviven a este calor, zonas de recreo y bares están a rebosar en estos días y las playas de Andalucía se van llenando de vecinos que inician su particular éxodo vacacional hacia la costa.



Puesto que son muchos los amigos que me piden que escriba sobre lugares donde pasar un fin de semana manteniendo a raya al calor, he decidido crear una especie de sección veraniega en este blog para hablar de los muchos lugares de esta provincia que merece la pena conocer y que más de uno se alegrará de disfrutar este verano. ¡Y es que Jaén también es para el verano!

Hoy, vamos a viajar al corazón de Sierra Mágina, a un lugar con mucho encanto en este Parque Natural que tiene mucho que ofrecer; vamos a conocer el Río Cuadros y el entorno privilegiado que le rodea:

El Río Cuadros se encuentra en el pueblo de Bedmar a cuarenta minutos de Jaén Capital. Se trata de un acogedor pueblo serrano coronado por dos castillos, como muestra de que hace unos siglos era frontera y muralla entre reinos cristianos y árabes.

Para llegar al río, deberemos atravesar el pueblo en dirección Jódar hasta encontrar un desvío señalizado que tras 4 kilómetros nos sumergirá en el bosque, dejando atrás el imperio del olivar.

Antes de llegar, tendremos que elegir entre girar hacia la izquierda, hacia el río o dirigirnos a la derecha.


Tomando el segundo camino, llegaremos a un aparcamiento entre el bosque, que nos llevará hasta las puertas del Santuario de la Virgen de Cuadros, muy querida y conocida por toda la provincia. La pequeña subida hasta la ermita nos sorprende con estampas de agua por todos lados hasta llegar a la recoleta plaza adornada por todo un festival de flores, en el que sobresale el pilar, que llena de frescor y sonoridad el lugar; además de regalarnos la vista con los peces multicolores que habitan en sus aguas.
 

Cuentan de esta ermita y de la Virgen que los fieles que visitan este lugar, se cuentan por cientos diariamente buscando el amparo de los constantes milagros que se producen a los pies de la Virgen y se cuenta que incluso los mudos recuperaban el habla en tan sagrado lugar.




Acabada la visita, podemos dirigirnos hacia el torreón de Cuadros. Se encuentra a unos centenares de metros bosque arriba, donde vuelve a mostrarnos la histórica parte que jugó este lugar durante la Reconquista. Desde esta histórica atalaya, podemos otear un vasto horizonte que va desde las cumbres serranas a la campiña olivarera que compite en territorio con la sierra.

 

Regresando sobre nuestros pasos, encontramos junto al aparcamiento una señal que indica “Cuevas” y curiosos la seguimos descendiendo rápidamente, al tiempo que lo hace la temperatura tornándose mucho más fresca, mientras nos topamos con el Hórreo de Cuadros; una singular maravilla de este lugar que nos transporta a lugares lejanos del norte.



Para conocer las cuevas, debemos internarnos en las heladas aguas del Río Cuadros, provenientes de las cumbres de la sierra.



Caminando en dirección contraria a la corriente, nos vamos internando en oquedades esculpidas por el agua durante siglos, que toman curiosas formas y están rodeadas por una vegetación exuberante que incluso se adentra en ellas.


En este mundo subterráneo, llegaremos al final del camino al encontrarnos con una cascada que inunda con sus aguas una estancia plagada de estalagmitas que recorren toda la estancia natural.






El calor aquí no existe. Maravillados de tanto como hemos visto, podemos recuperarnos de la impresión de tanta belleza, volviendo al coche y dirigiéndonos ahora al cruce que dejamos a nuestras espaldas.


Desde allí, girando esta vez a la izquierda, llegaremos al río nuevamente; cuyas frescas y cristalinas aguas discurren bajo un enorme bosque de adelfas, que es el más grande de nuestro país. Desde aquí, surgen cantidad de senderos que cruzan la sierra; todo un lujo para los amantes del senderismo, que además está habilitado como merendero.

 

Aquí, podemos poner fin a nuestra visita por hoy, sabiendo que en este lugar, tanta belleza natural es un placer para los sentidos que llena de vida y energía a cualquiera que ponga un pie en este lugar.