jueves, 23 de agosto de 2018

Playa del Tamujoso en Baños de la Encina. La playa a la sombra de un castillo.

Saludos amigas y amigos.

En época estival, muchos de los que vivimos en el interior miramos quizás con cierta envidia a los habitantes de la costa por vivir al lado de la playa, por lo que significa en cuanto a clima y al uso lúdico que siempre asociamos al mar.

Pues bien, si nos parásemos a pensar un segundo y a conocer un poco nuestra provincia, nos daríamos cuenta de que una vez más Nuestro Jaén es capaz de proporcionarnos todo cuanto necesitamos, incluso para vencer nuestras ganas de playa...

Hoy, os invito a conocer un lugar de cine y nunca mejor dicho, puesto que aquí se rodó El Capitán Trueno y el Santo Grial.


Vamos a conocer un lugar muy cercano a Baños de la Encina, un monumental pueblo a caballo entre Sierra Morena y la Campiña que guarda un hermoso entramado urbano muy complejo donde se mezclan imponentes casonas de fachadas pétreas escondidas en calles con un marcado aire medieval, junto a calles rectas y anchas pero con mucho carácter andaluz.


Cruzaremos el pueblo siguiendo la señalización para dirigirnos al pantano del Rumblar, a poco más de dos kilómetros de distancia. Adentrándonos en el bosque, un auténtico mar interior nos sorprenderá majestuoso.


En verano, las “costas” de este mar y de esta Playa del Tamujoso están pobladas de bañistas que reúnen a gente de muchos pueblos de la provincia. Sus aguas cristalinas son un regalo para pasar un buen fin de semana en un entorno excepcional.


Podemos estacionar el coche muy cerca de la orilla, donde ya podremos ver las rojas arenas que bordean las cálidas aguas de este mar interior. Si además disponemos de alguna embarcación, podremos surcar estas aguas y descubrir las islas que salpican este pantano.


Pero es que además, podremos conocer joyas históricas sumergidas bajo el agua, puesto que aquí encontraremos el poblado argárico de Peñalosa, que en buena parte se encuentra sumergido bajo las aguas; lo que también daría pie a sumergirnos bajo estas aguas y disfrutar de la arqueología submarina.



En definitiva, este verano podemos disfrutar de Jaén con otros ojos y con todos los sentidos, olvidándonos del calor en los muchos mares interiores de la provincia.


¡Y es que Jaén guarda mil y una sorpresas para quien lo quiera conocer!

lunes, 20 de agosto de 2018

La Playa de Mogón, paraíso veraniego entre sierras.

Saludos, amigas y amigos.

Aunque ya lo hemos repetido varias veces en este blog, hoy toca de nuevo decirlo: ¿Quién dice que en Jaén no tenemos playa?


El calor que golpea nuestro mar de olivos se vuelve mucho más llevadero, si aprovechamos la gran cantidad de espacios acuáticos que nuestra provincia atesora, unos más salvajes y otros habilitados para el baño. 


Sea como fuere, aquí muy cerca de casa podemos disfrutar de auténticos paraísos sin salir de nuestra provincia.


Hoy os traigo un nuevo ejemplo, vamos a descubrir la Playa de Mogón.

 

En la localidad de Villacarrillo, se encuentra esta pequeña pedanía a los pies de la Sierra de Cazorla, bañada por varios ríos que bajan recién nacidos de sus cunas montañosas.

 
El gran río andaluz, el Guadalquivir, se encuentra en esta pequeña población con el río Aguascebas, que aunque de pequeño recorrido, suele ser muy caudaloso. 


Pocos metros antes de fundir sus aguas para siempre en un abrazo, el Aguascebas se remansa y forma una hermosa piscina natural, que es el orgullo de los lugareños y todo un reclamo que en verano atrae visitantes de media provincia.


Esta piscina natural está formada por un gran remanso rodeado por un frondoso bosque de ribera, que sustituye los bosques de la Sierra de las Villas por donde han ido corriendo estas aguas.


Tras pasar por el ojo del puente que comunica con la sierra, llegamos a esta joya de grandes dimensiones que domestica la orilla del río y ofrece un lugar idílico para disfrutar de sus fresquísimas aguas, y es que se nota y mucho, cómo las aguas bajadas desde las alturas no tienen tiempo de subir un par de grados; haciendo que el baño sea de los refrescantes de verdad.


Este río, además, da más de una alegría a la zona independientemente de la época; pues sierra arriba y sobre todo en invierno, forma la espectacular cascada de la Osera.


En esta playa serrana, no solo encontramos toda clase de comodidades para disfrutar de un día a remojo olvidándonos de los rigores veraniegos, sino que tenemos muy cerca cantidad de bares y establecimientos para disfrutar de las buenas viandas de la sierra.

Además, el lugar ofrece muy buenas zonas para la fotografía, no solo en la zona de baño sino también en la pequeña cascada que forma la presa que contiene el agua del lugar.


En definitiva, un lugar cautivador para disfrutar este verano, para descubrir en persona y disfrutar sin tener que salir de Jaén, sin tener que recorrer grandes distancias, sin colas, sin atascos, de tanto como ofrece nuestra tierra.


Este verano, ¡quédate en Jaén!

domingo, 5 de agosto de 2018

Castillo de la Aragonesa, Marmolejo. Patrimonio para el futuro

Saludos amigas y amigos.

Tengo que decirlo ya. La localidad jienense de Marmolejo, fronteriza con la vecina Córdoba, es uno de los pueblos con mayor potencial turístico en cuanto a patrimonio histórico, natural y de turismo de aventura que he conocido en mucho tiempo.


Lo curioso del asunto es que buena parte de este patrimonio, aún es desconocido para mucha gente al tiempo, que buena parte del mismo, aún no está siendo aprovechado al máximo como se merece.

Pero es de justicia reconocer, que buena parte de este patrimonio se está recuperando a pasos agigantados, que buena culpa de ello lo tiene el Ayuntamiento de Marmolejo y que muy pronto (y el tiempo me dará la razón) todo el ingente patrimonio de esta localidad, va a traer muchas y muy buenas alegrías al municipio.

Hoy, nos vamos a detener a visitar el Castillo de la Aragonesa, que es sin duda uno de los Castillos más singulares de toda la provincia.


Singular primero, por su ubicación.


Este castillo se encuentra a varios kilómetros del municipio, enclavado entre los olivares, y a tiro de piedra de la localidad cordobesa de Villa del Río.

Lo curioso del asunto es que no se encuentra construido sobre ningún promontorio, ni cerro escarpado, ni tan siquiera una simple elevación. El castillo simplemente está ubicado en una llanura olivarera, lo que hace que llegar hasta el, no sea tarea fácil y es necesario tirar de mapa.


La segunda curiosidad es el tipo de construcción. A pesar de que durante la Edad Media no existen apenas noticias de enfrentamientos en la zona, por aquí abundaron los Castillos rurales como el de San Lorenzo (desaparecido), San Julián (convertido en cortijo) , La Marquesa (destruido en el siglo XIX para construir una fábrica de aceite) y el de la Aragonesa, el más importante y el mejor conservado en la actualidad.


El Castillo de la Aragonesa o de Bretaña se asienta sobre una fortificación originaria del siglo III a. C, que controlaba la Vega del Guadalquivir y la abundante caza de la zona.


Reforzado en el siglo II a.C  por la necesidad de recuperar fortificaciones a causa de la II Guerra Púnica entre cartagineses y romanos y también para controlar la salida de minerales de Sierra Morena por la Vía Augusta que por aquí discurría.


Los árabes construyeron en tapial un hins o pequeño refugio para la población campesina que tiempo después fue remodelado por los cristianos que lo dotaron de una Torre del Homenaje y le añadieron siglos más tarde unas torres cilíndricas en las esquinas convirtiéndolo en un castillo señorial que controlaba los latifundios de la zona.


Los muros de tapial de época árabe de las murallas están reforzados con mampostería y ladrillos en las zonas bajas. En el interior, se conserva el patio de armas, del que no se conserva la puerta original.


El interior del castillo se encuentra muy deteriorado al haber sido reutilizado como cortijo en épocas recientes.


La Torre del Homenaje , tiene forma rectangular, es del siglo XIV con sillares regulares.


Tiene 14 metros de altura hasta la terraza, donde más se aprecia la desaparición de elementos constructivos.


Está dividida en una primera planta, que era el aljibe, que tiempo después fue reutilizado como almacén.


Una segunda planta a la que se accede por una puerta en altura y una tercera a la que se accede por una bella escalera de caracol.



En ambas estancias aún se conservan las marcas de los dinteles de sus sólidas puertas y por todo el interior del castillo, se conservan visiblemente las marcas de los maestros canteros que labraron los sillares. Es muy probable que existan múltiples marcas de cantero, hoy poco visibles por la escasa luz que se cuela por las saeteras.


Desde la terraza, existía un canal de piedra para recoger el agua que llenaba el aljibe.


Los torreones esquineros, posteriores a la Torre del homenaje, son cilíndricos y macizos hasta la altura del paso de ronda, adelantados al castillo para mejorar la defensa y son de mampostería irregular.

Pese a todas estas ampliaciones cristianas, se puede afirmar que este castillo hoy día, es uno de los pocos fortines árabes que ha sobrevivido hoy día, de los muchos que se construyeron, dándole una relevancia aún mayor, sabiendo además que se encuentra declarado Bien de Interés Cultural desde 1985 y que está protegido por la Ley de Patrimonio Histórico.


Ante todas estas afirmaciones y conocida ya la relevancia histórica y patrimonial de este castillo, no se entiende que el mismo se encuentre incluido en la Lista Roja del Patrimonio por la degradación paulatina que está sufriendo.


Marmolejo cuenta con más de 200 zonas arqueológicas localizadas, lo que demuestra que ya fue zona de frontera entre el mundo tartesico e Ibero en el siglo VII a C y este castillo es uno de los ejemplos que mejor simbolizan el potencial histórico de esta localidad.


Por esto mismo, este castillo hoy en manos privadas, no puede ni debe seguir ni un minuto más abandonado a su suerte, sin que se actúe primero para parar su degradación y segundo para abrirlo al principio público que muy seguro será mucho y atraerá gran cantidad de turismo a la zona.


Una zona que como comencé, tiene un grandísimo potencial que traerá muchas alegrías a esta zona.

No olvidemos nunca, que nuestra extensa historia y pasado, pueden ser nuestro singular petróleo.