miércoles, 27 de noviembre de 2013

Baeza, Hacienda La Laguna: Museos llenos de aceite

Pues si amigos. Ya esta aquí un años mas, la recolección de la aceituna. Esta vez, mas esperada y añorada que años anteriores, debido a la escasez extrema de la pasada campaña.


Y en nuestro Paraíso Interior, empieza a tomar fuerza un turismo que hacia ya mucho tiempo que debería haber tomado forma e importancia: el Oleoturismo.

En otras regiones, los diferentes cultivos han llevado casi en paralelo, la promoción y difusión de la cultura de estos, también como reclamo turístico, pero nosotros a veces tan dejados para lo nuestro nos hemos olvidado de algo tan importante. 


Y es que, acordándome del dicho "del cerdo se aprovechan hasta los andares" puedo asegurar, que "del olivo se aprovecha (o se debería aprovechar) hasta el vuelo".

Si, el olivo, ese árbol milenario ligado a nuestra cultura, es la mayor fuente de sabiduría y riqueza de esta provincia y debe ser mimado, promocionado y protegido no solo como nuestra seña de identidad, si no como una fuente de riqueza que puede seguir siéndolo durante mucho tiempo, si somos lo suficientemente inteligentes.

Y esta nueva variante turística, el Oleoturismo, es una de esas salidas para aumentar la importancia trascendental de este cultivo. Por eso, ahora que empieza la campaña, os invito a visitar alguno de los museos que empiezan a florecer en Jaén, para también disfrutar y conocer nuestro Oro Liquido.

Nos vamos al termino municipal de Baeza, en la pedanía del Puente del Obispo, para visitar la Hacienda de la Laguna.

A unos 3 kilómetros del citado pueblo, enclavado en mitad del olivar, surge este gran cortijo señorial, que hoy se a transformado en Hotel, Spa, Escuela de Hostelería y Museo Oleícola entre otros usos.


Pero antes de detenernos y adentrarnos en el, tomamos un carril a la izquierda de este, que nos llevara tras recorrer un kilómetro escaso al Paraje Natural de Laguna Grande, declarada Bien de Interés Cultural y que es una zona húmeda de las mas importantes de la provincia, ademas de dar nombre a la Hacienda.


Aunque de origen artificial, ya que originalmente era una charca de riego para el olivar, el paso de los años a naturalizado esta charca, convirtiéndola en refugio para una gran masa vegetación y de aves acuáticas como diversos tipos de patos, ánades o porrones, rodeado de tarays, álamos, encinas y como no, de olivares que conforman un buen lugar para relajarse y observar a la naturaleza en estado puro.



Regresando a la Hacienda, vamos a descubrir su Museo del Aceite.

Nada mas entrar, podremos ver una película explicativa sobre el Aceite de Oliva, su producción y grandes valores no solo culinarios.


Desde aquí, llegamos al Huerto de Variedades, en el que conocer solo un puñado de las casi 300 variantes de olivo que existen en el planeta. Podremos descubrir, como son las aceitunas en otras zonas de España, junto a especies que crecen en África o América.



Rodeando dicho huerto, encontramos un antiguo Acueducto, que comunico la Hacienda, con los distintos sistemas de riego y acequias que tenia en la antigüedad y a cada paso, vamos encontrando distintas piedras de molinos, junto a elementos usados en la recolección de la aceituna.




De aquí, nos adentramos en el Molino del aceite, en el que podremos encontrar los distintos formas de triturar las aceitunas que se han utilizado a lo largo de los siglos, como los Molinos de Torre, Molinos de Rulos movidos por tracción animal y también de como eran los antiguos almacenes de aceite, desde los viejos bidones oxidados, o las Orzas aceiteras a pellejos de animal.




 

En nuestro camino, nos van asaltando antiguas imágenes de como se trabajaba en el olivar hace ya muchos años e incluso de como se celebraban los "remates" que marcaban el fin de la recolección y también, viejos refranes aceituneros muchos ya perdidos en el tiempo.




Saliendo de nuevo al Huerto, nos dirigimos a una nueva estancia, en la que seguimos conociendo nuevas formas de molturación de las aceitunas, como el espectacular Molino de Viga casi imposible de fotografiar por su enorme tamaño, al que se unen distintos paneles explicativos que nos acompañan en todo el recorrido, explicando añejos usos del aceite, hoy olvidados que se podrían convertir en una nueva oportunidad de negocio para diversificar el mundo del aceite.




Y bajo nuestros pies, la bodega: bautizada como la Catedral del Aceite, es una impresionante estancia construida a mediados del siglo XIX, formada por enormes depósitos con capacidad cada uno de 100.000 litros de aceite, finalizado todo esto por enormes bóvedas que le dan realmente, un semblante de catedral monumental.



Una visita ineludible, para todo aquel que aprecie o quiera apreciar nuestro Oro Jienense. Y esto que aquí os muestro, no es mas que un aperitivo. Os recomiendo vivamente, que aprovechéis un día y visitar este lugar, en el que se respira, se aprecia y se siente el Aceite de Oliva.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Torreparedones, la ciudad perdida del olivar

De vez en cuando, sabéis que me gusta "picar" un poco y hablaros sobre lugares que no están en nuestro Paraíso Interior Jienense, pero que por su cercanía y su importancia, son muy interesantes para dar a conocer, seguro de que llamara la atención de muchas personas.


Como digo, hoy nos vamos a Baena, municipio cordobés que tiene frontera con la provincia de Jaén, para conocer un yacimiento arqueológico recientemente puesto en valor, que se encuentra aun en proceso de excavación y por tanto, del que siguen surgiendo nuevas zonas visitables, ademas de numerosos hallazgos.

Para llegar a esta excavación, nos dirigimos a la carretera A-3125 que une Baena y Cañete de las Torres en cuyo kilómetro 17 surge un carril, antigua vía pecuaria, que nos lleva hasta el yacimiento.

Antes incluso de llegar, los vestigios de antiguas civilizaciones que por aquí pasaron irán surgiendo a nuestro paso y la Fuente de los Romanos, antiguo pilar que a día de hoy sigue proporcionando agua, como hace siglos surge a nuestro encuentro mientras nos dirigimos al aparcamiento.


Adentrándonos en este Parque Arqueológico, quedara demostrado una vez mas que el turismo, es una fuente de ingresos muy atractiva para los ayuntamientos, en estos tiempos de estancamiento económico.



Nada mas acceder al recinto nos damos de bruces con las formidables puertas, reconstruidas en la actualidad, de origen romano ( época romana republicana ) que cerraron el enorme recinto, que aun hoy impresionan por su solidez y gran tamaño.


Pero la ocupación de esta montaña es mucho anterior a los romanos. Recorriendo los senderos creados entre el olivar, llegamos al Santuario Ibérico



Junto a la antigua muralla construida en el siglo VI antes de Cristo, encontramos el santuario, también reconstruido al que se accede desde una escalinata que nos transporta a otros tiempos. Aun se conserva la forma primitiva de este, como multitud de exvotos aquí ofrecidos a las antiguas deidades. Y desde este mismo punto, podremos disfrutar de la panorámica de toda la campiña, que particular observatorio nos ofrece.




Y nos toca ya dirigirnos hacia el núcleo central del yacimiento, el mas vistoso y fotogenico de todos los espacios, el Foro Romano junto al Macellum o Mercado Publico, que conserva aun la formación de las antiguas casas y los antiguos pavimentos de estas mismas.




Y el Foro, presidido por varias esculturas femeninas con togas y el retrato del Emperador Claudio, todo  en un entorno plagado de columnas y con una curiosidad: y es que el pavimento de grandes losas de esta plaza conserva la inscripción con el nombre del pagador de dicha obra: Marco Junio Marcelo, que quiso dejar su nombre para recuerdo de tan magna empresa.




Y cerrando el yacimiento, el Castillo Viejo, del siglo XIII que sirvió para la toma de la Ciudad de Córdoba durante la reconquista y que aun conserva su Torre del Homenaje junto a parte de sus antiguas murallas, a la espera también de ser restaurada y puesta en valor.



Como digo, un lugar excepcional y aun mas en verano, cuando se permiten las visitas al atardecer, que aumentan la magia de este lugar donde el peso de los siglos se siente aun mientras paseamos por lo que en la actualidad, tan solo es una civilización que comienza a mostrar todos sus secretos.


viernes, 15 de noviembre de 2013

El Castillo de la Peña de Martos, una joya que Salvar!

Soy de la opinión de que todo buen marteño/a que se precie, debería subir al menos una vez en la vida al castillo de la Peña de Martos, para descubrir tan impresionante atalaya medieval y el magnifico entorno natural que desde la cima de la Peña se puede apreciar.


A lo largo de los siglos, han sido varias las ocasiones en las que se a intentado recuperar esta fabulosa fortaleza y por desgracia la mayoría de los intentos han sido siempre vanos. Pero, quien la sigue la consigue y el sueño de ver al símbolo de la Ciudad de Martos recuperando parte de su antiguo esplendor es una constante en las mentes de muchos ciudadanos no solo de Martos, si no también de fuera que nunca pierde fuerza.

Casco antiguo de Martos desde la Peña
Al contrario, recientemente han sido varias las iniciativas para pedir la restauración de este castillo y en estos momentos existe una oportunidad magnifica para que esta obra tan deseada se convierta por fin en una realidad.


La restauración del Castillo de la Peña de Martos llega al Senado de España, para pedir al gobierno ayuda económica para su recuperación.


Una recuperación, como digo reivindicada por cientos de personas que queremos que este cachito de nuestra historia se salve del imparable peso de los siglos que amenaza con destruir sus ya menguadas ruinas.

Cruz de los Carvajales en la roca de la Peña
Algunos dirán, que este no es un buen momento para tamaña obra. Yo les diré, que este es sin duda un momento mas que propicio, ya que la restauración no seria un gasto, si no una inversión que proporcionaría muchos puestos de trabajo, no solo en sus obras, además para atraer el turismo a nuestra ciudad. Como lo están haciendo muchos pueblos de nuestro entorno como Torredonjimeno, Alcaudete, Alcalá la Real que han conseguido que el turismo se haga un hueco en sus economías.

También alguien podría pensar que arreglar el Castillo de la Peña es imposible por lo complicado de acceder a este. A esos les digo, que se fijen en la restauración de Castillos "imposibles" como el de Albanchez de Magina, encaramado a la pared de una roca a varias decenas de metros de altura o el Castillo de Tíscar, para cuya restauración se debió construir una pasarela metálica que salvase la gran altura que tiene el castillo.

El castillo de Albanchez a varios cientos de metros sobre el pueblo
Castillo de Tíscar, de acceso casi imposible
O como el Castillo de Calatrava la Nueva, en Castilla la Mancha, que después de dos décadas de trabajos aun sigue recuperándose, aunque ya se a convertido en un gran reclamo para esta comunidad.


Sobran motivos para Salvar al Castillo de la Peña de Martos.


También motivos históricos. Fue en la Cima de la Peña, donde surgió el germen que daría lugar a la Ciudad de Martos. Hace mas de 2000 años, los íberos comenzaron a construir un recinto defensivo "Oppidum" en el alto de la Peña, que serian testigo de las famosas hazañas de Viriato contra los romanos. Los mismos que tras la llegada a Hispania y conforme nuestra ciudad, la antigua Colonia Augusta Gemella Tuccitana iba ganando importancia y población, ampliaron dicho baluarte.

Rocas lunares de la peña, llegando al castillo

Con la llegada de la dominación árabe, la Villa de Martos cobro una importancia extraordinaria que se alargo durante los cinco siglos de dicha ocupación, creando un gran castillo sobre los cimientos del antiguo recinto ibero-romano: el "Hisn-tuss" el castillo de Tucci.


Y fue con la Batalla de las Navas de Tolosa, cuando el rey Fernando III el Santo consiguió la entrega de la ciudad a manos cristianas, iniciando un nuevo proceso de ampliación del castillo aumentando su ya vital importancia como plaza fuerte, que tuvo que soportar además los numerosos ataques de varios reyezuelos árabes, creando verdaderas leyendas, como la defensa de Doña Mencía de Haro y de todas las mujeres del castillo que en ausencia de su marido y de la gran parte de la tropa, se armaron para salvar tan importante plaza.

O la tragedia de los hermanos Carvajales, que fueron despeñados desde el castillo por orden de Fernando IV que murio emplazado ante Dios, por cometer dicho crimen y que a pasado a la historia como Fernando el Emplazado.



Tras la entrega del castillo a la Orden de los Caballeros Calatravos, la reconquista fue llegando a su fin y el castillo fue quedando deshabitado, que no olvidado, pues ya en el siglo XVI se intento rehabilitar el castillo, una idea como queda en evidencia continua presente.


Sobran pues motivos para la Restauración del Castillo de la Peña

Torre del Homenaje y Foso
Y ya es hora, de poner en valor esta Fortaleza Inexpugnable como fue conocida durante mucho tiempo.

El enorme patio de armas, antiguo poblado fortificado
Para que propios y extraños podamos seguir impresionandonos de las vistas que proporcionan los 1003 metros de altura de esta montaña que gobierna un mar de olivos, donde surgen las siluetas de infinidad de pueblos: Baena, Jamilena, Torredonjimeno, Higuera de Calatrava, Los Villares, Porcuna, Arjona, Luque...

La peña llega a verse desde mas de 90 kilometros de distancia

Y para que el ascender a la Peña, el pasear por sus murallas junto a sus torres, el detenernos a observar su Alberca y su Aljibe o el sentarnos a la sombra de su Torre del Homenaje sea siempre un paseo enriquecedor ...

Alberca y Aljibe
No como ahora, lleno de melancolía y tristeza por lo mucho que tenemos que salvar .


                                                              Esta en nuestra mano



                                            SALVEMOS EL CASTILLO DE LA PEÑA