Saludos amigas y amigos.
Hace unos días, disfrutando un paseo por nuestro magnífico casco
histórico, me encontré con dos señores de avanzada edad, que discutían
por la Calle Franquera sobre el origen del nombre de la misma.
Uno afirmaba, que la calle se llamaba así desde que el mundo es mundo,
mientras que otro defendía a viva voz, que la calle se llamaba de verdad
Tranquera y que un rey felón le cambió el nombre cuando estuvo en
Martos.
Divertido con esta entrañable escena, que me pareció genial, puesto que
siempre es mucho más enriquecedor discutir de historia, en vez de cosas
mundanas como el fútbol o el chismorreo, decidí escribir esta pequeña
reseña sobre el origen de esta histórica calle.
La Calle Franquera, que para el que no la ubique es la calle que conduce
desde la Plaza de la Constitución a la Virgen de la Villa, donde antaño
estuvieron los Juzgados y que hoy pasa junto a la recuperada Torre
Almedina y llega hasta la Plaza bautizada popularmente como de las Palmeras, donde antaño estuvo el antiguo edificio de la maternidad.
Pues bien, esta plaza debe la denominación antigua de Tranquera, puesto
que en tiempos del medievo, esta era el principal acceso a la Fortaleza
Baja o de la Villa de Martos.
Según parece, a las numerosas defensas y recodos para la guarda, defensa
y entrada del castillo (donde la Torre Almedina tenía un papel
fundamental para guardar la puerta de entrada) se le sumó un
estrechamiento de la calle que “atrancaba” el paso y dificultaba el
acceso por la misma hasta el punto que permitía el paso escaso a una persona o caballo y que en casos de ataque hacía de él, un lugar muy
dificultoso, ideal para embolsar a los atacantes y eliminarlos.
Con el tiempo tal ingenio militar
resultaba inútil al tiempo que complicaba innecesariamente el normal
paso de personas, así que la Tranquera, pasó a ser Franquera o paso
franco, puesto que la calle siguió, como aún sigue, discurriendo bajo la
atenta mirada de la Torre Almedina, que hoy como hace siglos, sigue
vigilando atentamente esta calle cuyas denominaciones han pasado al
vocablo popular marteño ya por siempre.
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