miércoles, 22 de noviembre de 2017

La Desaparecida Ermita de San Pedro de Martos. Una joya perdida en el tiempo.

Saludos, amigas y amigos.

Hoy os quiero mostrar un auténtico diamante escondido en el Casco Histórico de Martos, que constituye un singular vestigio de la historia, perdido entre el callejero desde hace siglos; visitamos la desaparecida Ermita de San Pedro.


Este antiguo templo que se encuentra en la calle homónima (como es habitual en esta ciudad, cuyas calles bautizadas con nombres de santos suelen indicar la existencia de antiguas ermitas: San Sebastián, Santa Bárbara, etc.), en la actualidad, a simple vista no tiene ni un solo indicador de su existencia cuando pasamos por su puerta.

Sin embargo, cruzar el umbral de la casa que la esconde es cruzar un portal del tiempo, que nos lleva a un patio donde la historia acoge cada rincón.


Esta ermita perteneció a la Parroquia de Santa Marta y lamentablemente, hoy día no existen demasiados datos sobre la misma.

Muy posiblemente, como ocurre con la mayoría de estos edificios, antes de ser ermita constituyó algún edificio anterior, posiblemente árabe o visigodo y tras la Reconquista y la división de la ciudad en parroquias, se erigió como ermita al sucesor de Jesucristo.

En su tiempo, se alzaba en el núcleo urbano principal de Martos, hasta que la ciudad empezó a crecer fuera de las murallas.


Por la información que tenemos, podemos conocer que no era una capilla muy prolífica en adornos y que estaba presidida por una hermosa talla de San Pedro.


La mayoría de los datos en cuanto a esta capilla hablan de varias restauraciones desde el siglo XVI al XIX, al tiempo que cuentan cómo tenía una espadaña con una campana grande y otra pequeña, y que la mayor le fue arrebatada para fundir una de las actuales campanas de Santa Marta.

La tradición habla de que la procesión de este santo solía ir acompañada de un gallo vivo, en referencia al pasaje bíblico del prendimiento de Jesús y la triple negación de San Pedro.

Antiquísima cruz.
Existe una creencia, hoy no confirmada, de que detrás de las paredes de esta ermita podrían existir tumbas, lo cual sería normal pues los enterramientos en iglesias y en torno a las mismas fue muy usual durante el medievo y siglos posteriores.

¿Que antiguas imagenes ocuparían las capillas?
Pero, también existe la creencia o la leyenda que cuenta que tras los muros de este antiguo templo, se esconden los famosos pasadizos que se adentran en el interior de la Peña y llevan hasta la Cueva de Hércules, (que escondería, entre otras cosas, la Mesa de Salomón) y que enlazaría además con la Real Parroquia de Santa Marta.

El altar mayor.
Dicha creencia, como toda leyenda, tiene su parte cierta puesto que en las casas próximas a este antiguo templo se conoce la existencia de pasadizos excavados en la roca, que enlazan varias viviendas y que quizas, pudieron enlazar con el refugio antiaereo que se esconde en la Iglesia de Santa Marta, que en la actualidad, todo indica que se encuentra tapiado en sus extremos y que pudo ser mucho más largo.

Antiguas capillas, escondidas junto a jardineras
Hoy día estos pasadizos en su mayoría están tapiados y se desconoce a ciencia cierta su longitud y, sobre todo, la fecha de su construcción.

Entrada al antiguo templo, aún se conserva parte de la puerta
Podrían ser refugios de la guerra civil, del medio centenar que existe en la localidad o bien, podrían ser anteriores...lo que haría que la leyenda cobrase mayor importancia...

Sillares colocados unos sobre otros casi sin argamasa...
Como tantas cosas en esta ciudad, queda todo por saber e investigar...

martes, 14 de noviembre de 2017

La Cueva de los Muñecos, un Santuario a las Puertas de Andalucía

Saludos, amigas y amigos.

Ahora que por fin la climatología se ha adaptado al tiempo que realmente nos pertenece y esperando que llueva tanto o más como necesitamos, ahora que por fin tímidamente el campo de nuevo se viste de verde, nos vamos al norte más norte de la provincia para zambullirnos una vez más en la historia.

Nos vamos al Paso de Despeñaperros para descubrir la Cueva de los Muñecos, a las puertas del Parque Natural de Despeñaperros.


Para llegar a este singular rincón perdido en la sierra, debemos ascender por la empinada y sinuosa carretera que lleva a Aldeaquemada.


A los pocos kilómetros, alcanzando un puerto de montaña donde se encuentra el Centro de Visitantes del Parque; que por cierto, no sé si en algún momento actualmente funciona, (tristemente, como tantas infraestructuras turísticas como tenemos que están cerradas) ya que yo siempre lo he encontrado cerrado.


Este lugar del que surgen muchos senderos turísticos es ideal para dejar el coche y disfrutar de la sierra, como lo hacen los oriundos del lugar; ya sea buscando setas, frutos del bosque, observando la naturaleza o descubriendo la historia. Y es que desde aquí, surgen dos pequeños senderos de corto recorrido.




Uno nos lleva a través del bosque mediterráneo hasta un mirador que corona el cerro, desde donde podemos ver tanto el norte de Jaén, sobre todo La Carolina y los cerros mineros de las Nuevas Poblaciones, como Castilla La Mancha y el paso de Despeñaperros, muy próximos adonde nos encontramos.




Después de disfrutar de las increíbles vistas que nos ofrece este lugar salpicadas por el vuelo de águilas y otras rapaces de la zona, ponemos rumbo hacia la historia; la Cueva de los Muñecos nos espera.


Esta cueva debe su nombre a la cantidad de exvotos hallados en la zona. Se trata del Santuario Ibérico del Collado de los Jardines.


Este Santuario de época ïbera tiene una importante relación con Giribaile y la Cueva de la Lobera en Castellar, formando un conjunto sagrado que entre todos ha proporcionado un número de exvotos enorme, facilitando una valiosa información sobre las deidades que en este lugar se adoraron y sobre los fieles a estos lugares de culto, los cuales son auténticos santuarios primigenios de peregrinación.

 

Lamentablemente, buena parte de los objetos aquí hallados se guardan en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, muy lejos de su lugar de origen.


 

Esta cueva sufrió un tremendo expolio a lo largo del siglo XIX-XX y fruto de ello, en la actualidad es un lugar cerrado al público del que existen muy pocas imágenes. Sí se sabe que tiene unos 50 metros de profundidad y que en su interior existe un manantial que posiblemente ya existiera hace miles de años.

 

En el exterior, encontramos un abrigo en el que apenas se dejan ver las pinturas rupestres que lo adornaban.


Un lugar donde se respira paz y tranquilidad y donde aún parecieran retumbar antiguos cánticos de voces que hace milenios se callaron. Una parada indispensable para conocer la primitiva cultura íbera que aún hoy nos sigue cautivando...

 

sábado, 11 de noviembre de 2017

El Por qué de las cosas: ¿Una prenda de ropa con nombre de mujer?

Saludos amigas y amigos.

Una vez más en este apartado de lo curioso, vamos a conocer una singularidad de nuestro vestuario. 

Ahora que por fin van refrescando las temperaturas y el odioso veroño llega a su fin, van saliendo por fin de los armarios esas prendas de ropa tan socorridas, que van ocupando su espacio entre el tiempo de la manga corta y la manga larga. Una de ellas, la más común es la rebeca, una curiosa prenda con nombre de mujer,  definida según la RAE: Chaqueta de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta, que tiene un singular origen desconocido para muchos, a excepción de los cinefilos.


Y es que esta prenda, típicamente otoñal o del final del invierno, adquirió su nombre gracias a una película del cine de los años 40. 


Rebecca, una mujer inolvidable, se proyectó en los cines en 1940, dirigida por Alfred Hitchcock en EE.UU, ganadora de 2 Oscar, cuenta la historia de la muerte de Rebecca en alta mar y de como su marido intenta sobreponerse con un nuevo amor, hasta que comienza a sospecharse que el espíritu de Rebecca sigue presente y su muerte no fue accidental. 

¿Y que tiene que ver esta prenda de vestir con una película de suspense? 


Tan simple como que es la prenda que la protagonista usa durante la película, lo que hace que debido al éxito de la misma en cartelera, comience a ponerse de moda y en España se asocie rápidamente al nombre de la película.
 

Llegando hasta nuestros días, esta singular fusión entre moda y cine, que además fue el inicio de lo que hoy llaman merchandising o lo que es lo mismo, los productos publicitarios de una película o serie de televisión, que hoy en día están en cada rincón de nuestra vida y de nuestro vestuario.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Vilches, la guardiana de los tesoros medievales

Saludos, amigas y amigos.

En estos días en los que el mundo parece que está empeñado en autodestruirse (y no pienso solo en España y en el circo Catalán), toca volver a salir de ruta y relajarse en este Paraíso Interior, que si no fuera por esta puñetera sequía y por el paro galopante que sufre, sería un lugar absolutamente idílico para perderse por días sin término.

Hoy os invito a conocer uno de los pueblos más hermosos de la provincia: hoy vamos a conocer Vilches.
 

Esta localidad del norte de la provincia, a caballo entre el olivar y la sierra, es un soberbio mirador desde donde contemplar cientos de kilómetros a la redonda.

Pero además, tiene la singularidad de ser el municipio con más costas interiores de España, gracias a los tres pantanos que se encuentran en su término municipal.


Sus plazas guardan aún curiosas callejuelas en las que apenas pasan dos personas juntas, auténticas reliquias de un pasado sin vehículos a motor.
 

Entre las tranquilas calles, aún existen casas-cueva muy cerca del antiguo castillo de la localidad.



Dirigir nuestros pasos a este castillo histórico es asomarse a un inmenso mirador desde donde puede verse todo Vilches, buena parte de sus singulares costas, las estribaciones de Despeñaperros e incluso lugares a casi 100 kilómetros de distancia como la Peña de Martos.

 


Aquí podemos acariciar la historia de la localidad y conocer que fue ocupada tempranamente desde la Edad de Bronce por pueblos prehistóricos a los que sucedieron íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos superponiéndose civilizaciones y culturas, siendo el origen de todos estos fructíferos asentamientos al estar enclavada entre los ríos Guarrizas, Guadalén y Guadalimar.



Además, se encuentra en una cuenca minera que permitía la producción metalúrgica, lo que supuso un importante intercambio comercial que se vio incrementado por ser zona de paso entre los pueblos del alto Guadalquivir y las tierras de la Mancha.



En el siglo VIII, los árabes levantaron este castillo que dio protección a múltiples alquerías rurales del entorno, hasta que en el siglo XII el avance cristiano propinó un refuerzo del mismo utilizando restos de fortificaciones íberas.



Aún así, dichos refuerzos no sirvieron de nada y tras la Batalla de las Navas, fue conquistado en 1227.



Aún quedan importantes torres, murallas, aljibes y lienzos, pero el castillo desapareció al ser sustituido por la Iglesia de Santiago y en el siglo XVIII,  por la ermita de la Virgen del Castillo, patrona del pueblo, en cuyo interior además se conservan tesoros obtenidos en la Batalla de las Navas de Tolosa.



Un lugar idílico para disfrutar de la tranquilidad de este pueblo que rebosa historia en cada rincón y que hoy...tan sólo hemos comenzado a conocer.



Volveremos.