Saludos, amigas y amigos.
Hoy me vais
a dejar que me ponga un poco peliculero (con el título del
artículo lo digo todo) pero el lugar que hoy os voy a mostrar me ha
cautivado tanto y he disfrutado tanto buscándolo e investigando sobre
él, que merece ser narrado de la forma más especial posible, para al
mismo tiempo que os animo a visitarlo, intentar que la magia que se
respira en este lugar llegue hasta vosotros/as.
Yo siempre he sido de la opinión, de que en Jaén tenemos auténticos
tesoros patrimoniales que de existir en otros lugares, estarían puestos
en valor, visitables y convertidos en minas de oro turísticas. No sé si
el abandonar nuestro patrimonio a su suerte es algo solo de Jaén, de
Andalucía o de todo el país, pero el hecho es, que es todo un
despropósito dejar nuestro rico pasado en manos de expoliadores,
vándalos y demás gente de mal vivir.
Uno de esos tesoros, sin la más mínima duda, es el
Oratorio Rupestre de
Valdecanales en Rus. Una auténtica joya, singular, especial e histórica
que se encuentra enclavada en mitad del olivar, junto a una carretera
medio olvidada, sin ningún tipo de señalización ni protección que hace
que se encuentre incluido en la Lista Roja del Patrimonio Español en
Peligro.
Más Info:
http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2012/10/oratorio-rupestre-de-valdecanales-un.html
Hoy por hoy, es grande el desconocimiento que se tiene de este lugar. Lo
curioso del mismo es, que se encuentra en una zona vecina al Oratorio
Rupestre del Giribaile, a pocos kilómetros del lugar, lo que convierte a
toda esta zona en una de las más ricas históricamente e interesantes
por conservar los pocos ejemplos de este tipo de construcciones que
tenemos en la provincia.
Más Info:
http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2013/12/el-castillo-de-giribaile-la-atalaya-de.html
Hasta hace bien poco, yo creía que estos dos lugares eran los únicos de
este tipo existentes en Jaén, hasta que encontré otro en la Sierra Sur,
en Fuensanta de Martos.
Más Info:
http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2017/06/el-oratorio-rupestre-de-fuensanta-un.html
La sorpresa vino cuando hace pocos días llegó a mis manos la imagen de un
nuevo Oratorio que además al parecer se encontraba de nuevo enclavado
en
Rus.
Sin tener muy claro si existía o no, buscando
la escasa información en Internet y encontrándome con que Don Sabelotodo
se disculpaba por no
poder arrojar mucha luz sobre el lugar, sin demasiadas esperanzas de
toparme con este antiguo templo sagrado, pero al mismo tiempo con la
esperanza de encontrarlo guiado por no sé qué fuerza, puse
rumbo una vez más hacia el centro de la provincia.
Al parecer este antiguo santuario visigodo se enclavaba en la actual
"costa" del
Pantano de Giribaile y en años lluviosos, que
desgraciadamente no es el caso, se oculta bajo las aguas.
Puesto que este tipo de recintos estaban retirados de la población y sus
habitantes vivían aislados (pero muy posiblemente comunicados entre
santuarios) comencé la búsqueda de puntos fundamentales para la vida,
como fuentes de agua.
Resulta que dos o tres arroyos aún surcan estas lomas y desembocan en el actual pantano.
Buscando en torno a ellos, comencé por la cabecera del mar artificial de
Giribaile. Sin embargo, este lugar no es más que una sucesión de
acantilados y bloques de piedra derrumbados por los que caminar es un
suplicio imposible de soportar.
Dirigiendo mis pasos pantano abajo, hacia la pared que embalsa las
aguas, topándome con bosquetes de taráis y de espinos que han invadido
el espacio que durante mucho tiempo perteneció al agua, me encuentro con un
pequeño delta surgido de las aguas de un arroyuelo, que llaman del
Valdio.
Son ya muchos los kilómetros recorridos en una
búsqueda infructuosa y comienzo a pensar que estoy perdiendo el tiempo,
que es mejor que me dirija hacia el cercano Oratorio de Valdecanales, a
un par de kilómetros de distancia y vuelva a disfrutar de este lugar que
aunque también desconocido y oculto, es conocido por mí.
Tras
prácticamente 10 kilómetros recorridos en torno a la orilla del
pantano, arrasados por la sequía que destroza nuestro país, me encuentro
ante una playa cuyas arenas son una auténtica trampa que pareciera
fuera artificial y colocada en este lugar a propósito. La arena batida
por las constantes y tranquilas olas de este lago artificial hace que
uno se hunda casi hasta las rodillas, lo cual es una pésima noticia
puesto que bajo este banco de arena, el agua se encuentra muy cercana a
la superficie, lo que significa que cuanto más te adentres en la arena,
peor será la escapatoria. Prácticamente rodeado de un bosquete de
espinos invasores, no sé exactamente cómo, consigo escapar de las
arenas, encontrándome al paso con antiguas estructuras realizadas por el
hombre, que parecen ser antiguos pozos y acequias.
La
orilla destrozada por las constantes subidas y bajadas del agua acumula
en este lugar una importante cantidad de escombros, que no parecen
haber sido arrastrados por las aguas, sino haber formado parte de una
antigua construcción, borrada del mapa por las aguas.
Un
pequeño promontorio coronado por más ruinas, apenas despunta entre las
arenas del lugar y tan solo una pequeña pared se alza entre ellos.
Acercándome al lugar, tratando de escapar de la trampa en la que me
había metido, me encuentro súbitamente ante el lugar que llevo buscando
toda la tarde.
El Templo perdido y nunca mejor dicho,
puesto que es imposible localizarlo de no darse de bruces con él, pues se
encuentra oculto entre la maleza y los escombros.
El
Oratorio Rupestre de la Veguilla es una enorme cueva excavada en la
roca. Para acceder, se entra por una pequeña puerta adintelada con una
gran roca. En su interior, la cueva está compuesta por un enorme
corredor de 20 metros que termina en un pequeño repecho, en el que la
cueva gana altura al tiempo que se divide en tres estancias repartidas a modo de cruz.
De hecho, todo el Oratorio en
sí está construido en forma de cruz. De este modo, surge un pequeño
templo subterráneo, en el que al fondo del oratorio se encontraría el
Sancta Sanctorum o presbiterio reservado a los monjes superiores de
este lugar sagrado, mientras que el resto de la estancia, podría estar
reservada a los asistentes a los cultos.
Lamentablemente, este lugar en la actualidad se encuentra parcialmente enterrado, como
podéis ver en las imágenes, ya que o bien parte del techo en algún
momento se derrumbó, cayendo los escombros sobre la cueva, o bien
probablemente, el hecho de quedar inundada esta estancia propiciara el
arrastre de materiales hasta la cueva por la presión del agua.
Como
digo, este lugar es una cruz latina excavada en la roca con la
excepción de dos estancias que se encuentran al entrar a la misma, que
quizás pudieron ser reflectorios donde los fieles del lugar se recogían
para sus oraciones.
Uno de los laterales de la cueva se encuentra excavado en 8 lugares diferentes, formando hornacinas que
bien parecen también pesebres para animales, lo que lleva a pensar que, o
bien ya existían cuando este oratorio estaba en funcionamiento, o bien
fueron reutilizados y agrandados siglos más tarde; ocupando este lugar
como establo por algún cortijo cuyos restos están esparcidos por los
exteriores del lugar.
De ser así, sin duda sería una
clara muestra de cuánto daño hace el desconocimiento sobre la historia y
sería además, otra afrenta dolorosa hacia este cenobio que muy
posiblemente, sea anterior al de Valdecanales, lo que significa que
estaríamos hablando de un lugar construido en el
Siglo IV-V d.C y que junto
al anteriormente citado, serían los únicos oratorios rupestres del sur
de España.
Por mi parte, hoy voy a despedir este
artículo aquí, sí. Sin dar siquiera una orientación aproximada de este
lugar cuyo desconocimiento, lo ha preservado de ataques y expolios que
serían sin duda, el oprobio final de un lugar que indudablemente, merece
mucho más.
Cuánta historia esconden nuestros viejos y callados olivares...