miércoles, 24 de julio de 2013

Nacimiento del Río Frío. Donde la sed no existe... #VeranoEnJaén

En este periplo por el verano, no me gustaría dejar pasar la oportunidad de invitaros de nuevo a conocer las maravillas de la Sierra Sur de Jaén, este paraíso olvidado y que apenas esta siendo conocido, que atesora muchos lugares para regalarnos una buena tarde de paseo, de conversación y de disfrute.


Hoy no os voy a llevar muy lejos, ya que también las vacaciones son tiempo de descanso.


En las sierras que coronan las alturas de Los Villares y en la carretera que conecta este pueblo con Valdepeñas de Jaén, a escasos 20 minutos de Jaén Capital surge un caudaloso manantial que da forma a un remanso de paz al que muchos se acercan estos días de verano, para descansar y relajarse rodeados de un frondoso bosque de rivera y del ruido constante del agua.



Se trata del nacimiento del Río Frío, al que se llega desde la citada carretera en un desvío que surge entre los kilómetros 18 y 19 que da acceso a una zona de casas rurales, en un paraje llamado el Ojo del Moral.


En este punto, descarga y drena la Sierra de la Pandera
 http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2013/01/la-sierra-de-la-pandera-sierra-sur-de.html miles de litros que se filtran en la roca, provenientes de las grandes acumulaciones de nieve, que durante meses se acumulan en las cumbres.


El manantial surge en una caseta, antaño acristalada, que hoy en día esta protegida por rejas (ya que las cristaleras, llegaron a quedarse opacas, debido al vaho y a las plantas acuáticas que pronto comenzaron a acumularse en ellas) de la que surgen 8 caños, llamados los Ojos del Moral también.


Este manantial excepcional rara vez a conocido periodos en los que su caudal se agotara, al contrario es muy común que en los inviernos caudalosos como el pasado, sus aguas rebosen por doquier, y lleguen a inundar gran parte del parque-merendero que rodea todo el manantial.


Es un lugar ideal para estos días veraniegos, al frescor que nos regalan las grandes sombras junto a los abundantes chorros de agua, se le unen unas hermosas vistas de las sierras circundantes, que junto a la paz y el sosiego que se respira en este lugar, forman un cuadro mágico para recuperar energía.


Para los aficionados al senderismo, podrán tomar este lugar como punto de salida para multitud de rutas y sendas que nos llevaran hasta el Puerto de la hoya, a la Pandera, o hasta Los Villares siguiendo el cauce del mismo Río frío.


Un lugar pues fantástico, para disfrutar en familia, de la naturaleza y de las cristalinas aguas de estas sierras que nos acogen y nos cobijan de estos tórridos calores de Jaén.


                                              Yo os invito a visitar este refugio de paz y agua.

                                                                    
                                                                     Sin duda, volveréis!


lunes, 15 de julio de 2013

El Charco del Aceite, un oasis serrano #VeranoEnJaén

Los días pasan y este tórrido verano aprieta, las aceitunas poco a poco van madurando mientras el inmenso bosque de olivares de Jaén, el mayor de todo el planeta resiste estoicamente el calor, ayudado sin duda por el lluvioso invierno, que hizo a más de uno creer que este iba a ser el "legendario año sin verano" en Europa.


Y los jienenses como siempre desde hace milenios, buscamos nuestros métodos para escapar de la canícula.


Da igual que estemos privados de una salida al mar. Resulta que en este maravilloso Paraíso Interior, en más de una ocasión buscamos la montaña para disfrutar de un buen día de baño, tal vez bajo el torrente de alguna cascada, o poza o de un salvaje torrente montañero.


Y en efecto, esta vez os invito a un baño en las aguas de un Guadalquivir recién nacido, salvaje y a la vez acogedor.


Os invito a conocer un rincón de Villanueva del Arzobispo, en las puertas del Parque Natural más grande de España, donde la Sierra de las Villas tiene frontera con la Sierra de Segura.


Vamos a descubrir el Charco del Aceite o de la Pringue, un nombre muy jaenero para este oasis serrano, al que cientos de personas se acercan en estas fechas.


Para llegar debemos tomar la carretera que desde Villanueva del Arzobispo, nos lleva hasta el Pantano del Tranco y tomar el desvío que surge a unos 18 kilómetros debidamente señalizado. En este recorrido abandonaremos los olivares que en ultima instancia, se convierten en obstinados retos de supervivencia, agarrados a grandes pendientes y a los riscos de la sierra y nos adentramos en pinares y matorrales donde nos vigilan atentamente, águilas, buitres o halcones.



Si el año es húmedo como este, al majestuoso vuelo de hermosas rapaces, se une una gran cantidad de chorreras y cascadas, que forman estampas de enorme belleza.



Tras recorrer un corto tramo de carretera nos sumergimos en un bosque de rivera donde el Guadalquivir, recientemente liberado de los muros del Pantano del Tranco, vuelve a tornarse tranquilo gracias a una pequeña balsa, que invita al baño y a la conversación, al sosiego y al disfrute de buenas viandas serranas, en un entorno habilitado con mesas y bancos de piedra.


Cuenta una historia, que un hombre bajaba de la sierra cargando su mula grandes cantaros de aceite y al pasar por este lugar, sufrió un accidente cayendo los cantaros y el preciado liquido que contenían como es el aceite de oliva al agua, y el aceite las enturbio dejando este remanso bautizado para siempre.


Tras disfrutar de las frescas aguas del Charco del Aceite, os recomiendo una visita al Pantano del Tranco a muy pocos kilómetros de distancia.


Un lugar muy curioso en el corazón del Parque Natural, donde antaño se encontraba la "Vega de Hornos", además de multitud de cortijadas y aldeas, forma un enorme mar interior en el que llamará poderosamente la atención las dimensiones del muro de contención y de la central hidroeléctrica que se alza a los pies de este.


Un lugar increíble, donde se pueden practicar multitud de actividades acuáticas, como navegar en hidropedal o en piragua además de la pesca de varias especies.


Un lugar diferente para disfrutar de unas vacaciones sin igual, que poco o nada tienen que envidiar al masificado turismo de mar y sol.


                   Y es que en nuestro Paraíso Interior, TENEMOS DE TODO!

lunes, 8 de julio de 2013

Alcaudete, la fortaleza deseada #VeranoEnJaén

El verano en nuestra provincia, esta plagado de actividades que recorren toda la provincia, que multiplican y mejoran nuestra oferta cultural y turística.


En este especial #VeranoEnJaén además de zonas de baño y generosas umbrías donde aplacar vuestro calor, os voy a recomendar alguno de estos eventos que bien merecen una visita y disfrutar de tanto como nos ofrecen.


Hoy dirigimos nuestros pasos hacia Alcaudete, en el sur de la provincia para sumergirnos en otro tiempo.


Viajaremos a la Edad Media, cuando estas tierras y caminos eran frontera que dividían dos mundos, dos reinos enfrentados entre si y que dejaron mucha huella en esta localidad, coronada por un imponente castillo, 
de origen árabe aunque convertido en una gran fortaleza de la Orden de los Caballeros Calatravos.


Con motivo de las próximas VIII Fiestas Calatravas, vamos a descubrir esta fortaleza y las múltiples curiosidades que nos aguardan en ella y en las calles de esta villa.


Comenzamos pues por la fortaleza, a la que se llega recorriendo antiquísimos caminos y sorteando varias torres y bestorres, para alcanzar el adarve y las puertas gemelas que vigilan la entrada al recinto amurallado.


Desde el primer instante nos sentiremos observados, por la imponente imagen de la Torre del homenaje que gobiernan altanera toda la alcazaba y el pueblo mismo. Nada mas adentrarnos en esta fortaleza, que llego a ser considerada inexpugnable, nos topamos con las antiguas cisternas y aljibes, fundamentales para aquella época de asedios y batallas.


Tras el llegamos a la plaza de armas, donde aun surgen los restos arqueológico de las antiguas culturas culturas que por aquí pasaron, junto a los restos de un antiguo palacio que construyo la nobleza alcaudetense del renacimiento.



Las antiguas estancias, se suceden, pasamos por las Caballerizas y llegamos a la sala capitular, todo ello magníficamente decorado como lo estaría en época medieval e incluso nos ofrecen la posibilidad de vestir los atuendos de la época. Tras ello nos asomamos a los caminos de ronda de las murallas, para disfrutar de las panorámicas que nos ofrecen para dirigirnos hacia la torre del homenaje y descubrir todo cuando atesora.



En su interior, podremos conocer la antigua estancia de un maestre calatravo, su humilde camastro y las armas que ostentaba siempre listas para la batalla.



Poco a poco ascendemos para llegar a la terraza de la torre, donde aun ondea altanera, la bandera de la Orden Calatrava y ante nuestros ojos surge unas impresionantes vistas de todo el recinto, del propio Alcaudete y de tanto cuanto le rodea, la sierra de Ahíllos, los olivares y la Subbética Cordobesa se otean desde la cima de este Centro de Interpretación de la Orden Militar de Calatrava.



Maravillados por este gran castillo comenzamos nuestro descenso hacia el pueblo, para encontrarnos nada mas abandonar los senderos del castillo con la Iglesia de Santa María la Mayor, un hermoso templo que junto a la figura del castillo, forma una estampa que es el sello de identidad de la localidad.



El templo declarado Bien de Interés Cultural en los tiempos de la Segunda República, guarda las esencias de los templos góticos. En la construcción de este gran templo participo el genial Andrés de Vandelvira.



Bajando por angostas calles propias de la época medieval llegamos a la plaza del 28 de febrero, centro neurálgico de la ciudad, en el que se encuentra el ayuntamiento, junto al Arco de la Villa que junto a la altanera imagen del castillo a la espalda de estos, forman un espacio urbano histórico precioso.


Tras la plaza, aun nos esperan muchas sorpresas como la Fuente de la Villa, uno de los pilares fundamentales donde se abastecían de agua la mayoría de los vecinos en épocas pasadas y junto a este el juzgado, un curioso edificio que se alza junto a la Iglesia del Carmen.




Los monumentos se suceden a nuestros pasos, encontrándonos con el Convento de Santa Clara y terminando nuestra visita en la Fuente Zaide, que después de muchos siglos, aun aguarda historias de amoríos entre cristianos y moras, entre reyes y mozas.


Desde aquí, disfrutando de la vista que nos ofrece esta noble villa, terminanos nuestra visita, sabiendo ya que una parte de nuestro espirito se queda en este enclave medieval.


Espero que disfruten y no dejen de disfrutar de las Fiestas Calatravas!