Saludos amigas y amigos.
Tengo que decirlo ya. La localidad jienense de Marmolejo, fronteriza con
la vecina Córdoba, es uno de los pueblos con mayor potencial turístico
en cuanto a patrimonio histórico, natural y de turismo de aventura que
he conocido en mucho tiempo.
Lo curioso del asunto es que buena parte de este patrimonio, aún es
desconocido para mucha gente al tiempo, que buena parte del mismo, aún
no está siendo aprovechado al máximo como se merece.
Pero es de justicia reconocer, que buena parte de este patrimonio se
está recuperando a pasos agigantados, que buena culpa de ello lo tiene
el Ayuntamiento de Marmolejo y que muy pronto (y el tiempo me dará la
razón) todo el ingente patrimonio de esta localidad, va a traer muchas y
muy buenas alegrías al municipio.
Hoy, nos vamos a detener a visitar el Castillo de la Aragonesa, que es
sin duda uno de los Castillos más singulares de toda la provincia.
Singular primero, por su ubicación.
Este castillo se encuentra a varios kilómetros del municipio, enclavado
entre los olivares, y a tiro de piedra de la localidad cordobesa de
Villa del Río.
Lo curioso del asunto es que no se encuentra construido sobre ningún
promontorio, ni cerro escarpado, ni tan siquiera una simple elevación.
El castillo simplemente está ubicado en una llanura olivarera, lo que
hace que llegar hasta el, no sea tarea fácil y es necesario tirar de
mapa.
La segunda curiosidad es el tipo de construcción. A pesar de que durante
la Edad Media no existen apenas noticias de enfrentamientos en la zona,
por aquí abundaron los Castillos rurales como el de San Lorenzo
(desaparecido), San Julián (convertido en cortijo) , La Marquesa
(destruido en el siglo XIX para construir una fábrica de aceite) y el de
la Aragonesa, el más importante y el mejor conservado en la actualidad.
El Castillo de la Aragonesa o de Bretaña se asienta sobre una
fortificación originaria del siglo III a. C, que controlaba la Vega del
Guadalquivir y la abundante caza de la zona.
Reforzado en el siglo II a.C por la necesidad de recuperar
fortificaciones a causa de la II Guerra Púnica entre cartagineses y
romanos y también para controlar la salida de minerales de Sierra Morena
por la Vía Augusta que por aquí discurría.
Los árabes construyeron en tapial un hins o pequeño refugio para la
población campesina que tiempo después fue remodelado por los cristianos
que lo dotaron de una Torre del Homenaje y le añadieron siglos más
tarde unas torres cilíndricas en las esquinas convirtiéndolo en un
castillo señorial que controlaba los latifundios de la zona.
Los muros de tapial de época árabe de las murallas están reforzados con
mampostería y ladrillos en las zonas bajas. En el interior, se conserva
el patio de armas, del que no se conserva la puerta original.
El interior del castillo se encuentra muy deteriorado al haber sido reutilizado como cortijo en épocas recientes.
La Torre del Homenaje , tiene forma rectangular, es del siglo XIV con sillares regulares.
Tiene 14 metros de altura hasta la terraza, donde más se aprecia la desaparición de elementos constructivos.
Está dividida en una primera planta, que era el aljibe, que tiempo después fue reutilizado como almacén.
Una segunda planta a la que se accede por una puerta en altura y una
tercera a la que se accede por una bella escalera de caracol.
En ambas estancias aún se conservan las marcas de los dinteles de sus
sólidas puertas y por todo el interior del castillo, se conservan
visiblemente las marcas de los maestros canteros que labraron los
sillares. Es muy probable que existan múltiples marcas de cantero, hoy
poco visibles por la escasa luz que se cuela por las saeteras.
Desde la terraza, existía un canal de piedra para recoger el agua que llenaba el aljibe.
Los torreones esquineros, posteriores a la Torre del homenaje, son
cilíndricos y macizos hasta la altura del paso de ronda, adelantados al
castillo para mejorar la defensa y son de mampostería irregular.
Pese a todas estas ampliaciones cristianas, se puede afirmar que este
castillo hoy día, es uno de los pocos fortines árabes que ha sobrevivido
hoy día, de los muchos que se construyeron, dándole una relevancia aún
mayor, sabiendo además que se encuentra declarado Bien de Interés
Cultural desde 1985 y que está protegido por la Ley de Patrimonio
Histórico.
Ante todas estas afirmaciones y conocida ya la relevancia histórica y
patrimonial de este castillo, no se entiende que el mismo se encuentre
incluido en la Lista Roja del Patrimonio por la degradación paulatina
que está sufriendo.
Marmolejo cuenta con más de 200 zonas arqueológicas localizadas, lo que
demuestra que ya fue zona de frontera entre el mundo tartesico e Ibero
en el siglo VII a C y este castillo es uno de los ejemplos que mejor
simbolizan el potencial histórico de esta localidad.
Por esto mismo, este castillo hoy en manos privadas, no puede ni debe
seguir ni un minuto más abandonado a su suerte, sin que se actúe primero
para parar su degradación y segundo para abrirlo al principio público
que muy seguro será mucho y atraerá gran cantidad de turismo a la zona.
Una zona que como comencé, tiene un grandísimo potencial que traerá muchas alegrías a esta zona.
No olvidemos nunca, que nuestra extensa historia y pasado, pueden ser nuestro singular petróleo.
Enhorabuena por la publicacion. Ojala consigamos salvar este castillo.
ResponderEliminarMiguel, es una pena que tengamos que ir viendo día a día el deterioro de nuestro patrimonio histórico-arquitectónico. Primero lo hacen BIC...después lo "someten" al abandono y deterioro. A esta fortaleza le podríamos arrimar otras muchas más, como El Berrueco, La Muña, El Castil, Casa Fuerte, Torre Olvidada (nunca mejor dicho), Otiñar, y un largo etc.
ResponderEliminarSería estupendo que la administración fuese capaz de gastar el dinero con miramientos, en lugar de despilfarrarlo en innumerables barbaridades; pero bueno...esto quizás sea mucho pedir.
Supongo que como tú, soy otro admirador y sufridor de nuestro patrimonio más cercano en estado de decadencia; también voy "llamando la atención" sobre ello por estos medios del Blog (www.lugaresdemijaen.blogspot.com).
Enhorabuena por tus artículos.
Seguimos en contado. Juanjo.