Hoy quiero dirigir mis pasos a un pueblo muy cercano a mi Martos natal que desde hace un año aproximadamente puede presumir de tener una de sus grandes joyas arquitectónicas restaurada y musealizada, que no es poco.
Hoy os invito a descubrir el Castillo de Torredonjimeno.
En otra ocasión más detenidamente hablaremos de este hermoso pueblo, a la sombra de la Sierra de la Grana (de
cuyas entrañas hasta hace poco, surgía el material que en esta
población se utilizaba para generar materiales de construcción)
enclavada en la campiña olivarera jiennense.
Hoy nos dirigimos hacia la zona antigua de la localidad. Paseando junto
antiguas casonas que siguen mostrando todo su esplendor, nos acercamos a
la Plaza de la Constitución y justo a espaldas de esta, casi llegando al final de la población, nos topamos con la Plaza de Cobos y la hermosa imagen de la Iglesia de San Pedro Apóstol que se encuentra junto a las antiguas murallas del castillo.
Este lugar estuvo poblado desde la antigüedad. No se sabe a ciencia cierta si el nombre del pueblo viene de un maestre de la Orden de Calatrava llamado Jimeno o de Don Jimeno de la Raya, conquistador del lugar, lo que sí sabemos es que este es uno de los muchos pueblos con nombre "Torres" que existen en la comarca y es posible que cada uno de ellos marque con su nombre, no una antigua ciudadela defensiva, sino más bien, repartimientos de tierra donde se alzaban pequeños reductos militares donde fueron surgiendo poblaciones.
Único torreón circular que existe en la actualidad |
Desaparecidas las murallas, sólo quedaba el castillo de Torredonjimeno como testigo de los avatares históricos ocurridos en el lugar.
Tras el pacto de las Navas de Tolosa en el que el reyezuelo de Baeza dio a Fernando III el Santo la Villa de Martos y a partir de 1228, esta ciudad se convirtió en Cabeza de Maestrazgo de Calatrava. El castillo junto al pueblo mismo quedó integrado en el territorio de la Orden (como ya había estado siglos atrás, en los tiempos de la Colonia Augusta Gemella Tuccitana).
Fue dicha Orden militar quien mandó construir este castillo en la segunda mitad del siglo XIII, asentado sobre una antigua alquería árabe. Le dieron forma rectangular y en las esquinas construyeron torreones circulares y para la puerta de acceso, construyeron una barbacana para dificultar en lo posible el acceso.
Tras varios ataques nazaríes, las defensas se reforzaron construyendo un muro exterior con un foso y una mina-pasadizo subterránea que comunicaba el castillo con el cercano Arroyo Salado.
Tras la Reconquista y tras desaparecer su función militar, la Familia Guzmán adquirió y transformó el castillo como residencia señorial, decorando su interior con motivos mudéjares vegetales geométricos y heráldicos, hasta que en el siglo XVIII fue abandonado y parte de sus murallas destruidas para construir un molino de aceite.
El estado de abandono se prolongó hasta finales del siglo XX, cuando fue comprado por el Ayuntamiento para ser recuperado y restaurado. Aunque dicho proceso aún no está concluido, ya podemos disfrutar de una buena parte de este castillo que después de siglos, sigue comunicado directa y visualmente al Castillo de la Peña de Martos.
Como
se aprecia en las fotografías, aún queda parte del castillo por
restaurar. Pese a ello, sus murallas, jardines y el palacete señorial ya
son visitables y se unen a la oferta cultural que ofrece este lugar,
materializada en dos Centros de Interpretación:
- El Tesoro Visigodo de Torredonjimeno
- Fósiles, Testigos de Vida
En el primero, podemos trasladarnos a la época visigoda para descubrir
secretos de aquel reino ancestral de reyes electos, que dejó una huella
en Torredonjimeno donde hace aproximadamente un siglo, surgió en unos terrenos entre Torredonjimeno y Martos, el Tesoro de Torredonjimeno.
Dicho
tesoro encontrado por un labrador no recibió la atención que merecía,
provocando que terminara como un juguete para niños, siendo muchas de
sus piezas dañadas o perdidas.
Finalmente, el tesoro acabó dividido en varias partes desperdigadas por toda España y aquí podemos conocerlo en una recreación.
En el interior de la misma, podremos admirar las recreaciones de las piezas de orfebrería y aunque los paneles interpretativos indican que posiblemente, el tesoro procediera de Sevilla y tuviera como destino el actual Jaén o Martos por ser plazas fuertes de la época y que por algun motivo terminaron escondidas en un paraje en el camino de huida, varios historiadores y yo coincidimos en la creencia de que con toda probabilidad, el Tesoro de Torredonjimeno acabó en el olivar donde fue hallado tras un robo de alguna de las iglesias o en la catedral visigoda de la cercana Martos, cuya importancia en la época fue muy grande al ser Sede Episcopal, contar con su propio obispo, catedral, etc.
Sea como fuere, contemplar este tesoro reproducido genera fascinación por su riqueza, al tiempo que lástima, ya que al ser halladas estas maravillas debieron recibir toda la atención merecida (el no saber, el desconocimiento, es una grave enfermedad) y sobre todo, no deberían seguir dispersas por la geografía española irremediablemente.
En la segunda planta nos encontramos con el Centro de Interpretación sobre la prehistoria: Fósiles, Testigos de Vida.
Nada más llegar, podremos disfrutar de una nueva película que nos situará en el contexto histórico de los inicios de vida en nuestro planeta.
Tras pasar por una "cápsula del tiempo", vamos disfrutando de esta gran colección de fósiles que recorre todas las épocas en las que nuestro planeta fue habitado por multitud de seres vivos que fueron dejando el rastro de su presencia pretérita.
Desde plantas fosilizadas, pasando por algas marinas e insectos
atrapados en ámbar, hasta llegar a miembros fosilizados de dinosaurios
se pueden contemplar en este paseo en el tiempo, de más de 550 millones de años.
Aquí, entre esta colección de habitantes prehistóricos traídos de muchas
regiones del planeta, podemos descubrir restos de auténticos gigantes,
como se pueden apreciar en las fotografías.
Nos llamarán mucho la atención dos enormes fósiles de ammonites encontrados en las cercanías de Torredonjimeno, verdaderos testigos del tiempo en esta provincia que estuvo sumergida bajo las aguas del océano prehistórico Tetis, el cual estuvo poblado por gran cantidad de estos seres marinos.
Para terminar nuestro paseo, podremos relajarnos descubriendo el antiguo Palacio de los Guzmán y disfrutar de todo el lujo que aún rodea este lugar tan repleto de historia.
O si lo preferimos, podremos relajarnos a la sombra de los jardines que
se alzan majestuosos como antaño, donde afloran sus fuentes refrescantes
formando un lugar mágico donde la historia, la cultura y el turismo se
dan la mano, mientras que una parte cada vez más pequeña de este
castillo va tomando forma y sigue su proceso de restauración para muy
pronto...volver a la vida.
Buenos días Miguel Angel.
ResponderEliminarUna vez más sacando rincones de nuestra tierra, tiene que ser muy bonito este municipio.Seguro que ha mi hijo el grande le gustara,si vamos a visitarlo.Saludos.
Y a ti, a poco que te guste la historia seguro que tambien te gusta!
EliminarUn abrazo amigo
Buen artículo Miguel Angel, y nada queda del tesoro en nuestra provincia?
ResponderEliminarSaludos amigo! No, lamentablemente no queda nada de este tesoro. esta dividido entre Cordoba, Madrid y Cataluña. Otro expolio hacia el patrimonio jienense
EliminarHola Miguel, mi enhorabuena por el artículo, Torredonjimeno es mi pueblo, pero hace 47 años que vivo en Madrid, mi otro pueblo, y me ha gustado mucho conocer parte de la historía que no conocía o tenía poco conocimiento. Cada vez que voy, y s todos los veranos, me propongo hacerle una visita al castillo, y luego por h o b nunca voy, del año que viene, no pasa, me ha gustado mucho, gracias.
ResponderEliminarMil gracias Loly por tu comentario y por tu visita! Tienes un pueblo precioso, seguro que se hecha de menos estando lejos, no dudes en visitar el castillo, es magnifico como esta quedando!
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