domingo, 20 de abril de 2014

Albanchez de Magina, la pequeña y poderosa atalaya.

Terminamos esta Semana Santa, una de las mas exitosas de los últimos años puesto que casi todos los pasos procesionales han podido recorrer las calles de nuestra provincia sin problema ( excepto los del Domingo de Resurrección, donde la lluvia volvió a aparecer ) y para descontarminarnos de tanta comilona, de esos dulces típicos de la época ( y probablemente, de algún que otro cubata que mas de uno habrá catado...) nos vamos de ruta, para ir cogiendo forma para el próximo verano que cada vez esta mas cerca.

Una vez mas, vamos a realizar una ruta corta pero muy intensa en la que sobretodo vamos a subir bastante altura en muy corto espacio de tiempo.


Nos vamos a Albanchez de Mágina. Al abrigo de Sierra Mágina y en el interior del Parque Natural del mismo nombre para descubrir sobre todo, otro de tantos castillos que se conservan altivos, gobernando desde hace siglos nuestra provincia, un territorio con la mayor concentración de castillos de todo el mundo, junto a Palestina.


Antes de pasear por este pequeño pueblo serrano, nos encaminamos hacia su castillo que nos llama la atención desde la lejanía y que se encuentra encaramado a unos risco a bastantes metros por encima del pueblo.


Encaminándonos hacia este, pasaremos por el Ayuntamiento y al poco, nos toparemos con un sendero señalizado que nos dirige hacia el castillo.


Pero no sera fácil alcanzar este reducto defensivo, que debió producir mas de un quebradero de cabeza para los que intentaran atacarlo.


Para llegar a este en la actualidad, debemos subir un buen trecho de escaleras, unas 300 aproximadamente haciendo de la subida, no apta para quien sufra de vértigo ya que llegar hasta el final de estas y mirar hacia abajo crea una sensación inquietante cuanto menos.


Coronando la pedriza donde se encuentra el castillo, no podremos dejar de pensar en las penalidades que aquí debieron sufrir, tanto los atacantes, ya que en el pasado no existían estas escaleras y la subida estaría aun mas complicada, como para los defensores del castillo, que estarían rodeados y prácticamente solos, sin posibilidad de auxilio.


Es un castillo de pequeñas dimensiones, por tanto, la guarnición que estuviese establecida en la defensa de este castillo debía ser reducida.



Su construcción se distribuye en forma de terrazas a numerosos niveles. Inicialmente nos topamos con un pequeño patio de armas con varias terrazas adyacentes, donde estarían los escasos animales que habitaran el castillo, ya sean caballos para el transporte o cabras para la alimentación.


El acceso a la propia atalaya, seria algún tipo de escalera móvil, que pudiera retirarse en caso de ataque.


En la actualidad, se accede por un pequeño hueco excavado en la roca al que debemos escalar.


Junto a este, aparece un aljibe de extraordinario valor para abastecer de agua este autentico nido de águilas inconquistable.


Seguimos ascendiendo por el interior del castillo, encontrando pequeños habitáculos en donde harían vida los soldados de este castillo cristiano aunque probablemente construido sobre una anterior fortificación árabe.



Finalmente llegaremos al ultimo piso del castillo, coronado por una pequeña terraza de muy pequeñas dimensiones, que forma un lugar agobiante por lo estrecho del lugar y por la considerable altura a la que nos encontramos y al mismo tiempo, especial...por las impresionantes vistas que desde aquí se nos presentan ante nuestros ojos.



No solo de todas las serranías que rodean este castillo, Monte Torcal, el Aznaitín y la Serrezuela de Bedmar con el pueblo de Bedmar a sus pies, si no de unas impresionantes vistas de todo el pueblo de Albanchez.


Este castillo fue restaurado en los años 90, recuperando un espacio impresionante que atrae a numerosos visitantes desde entonces hacia este rincón de Sierra Mágina y que debe ser un orgullo para todos sus habitantes, pues no debió ser fácil recuperar un castillo con un acceso tan singular.




Maravillados por las impresionantes vistas, comenzaremos el camino de regreso, descendiendo de las alturas para pasear por este remanso de paz en mitad de la sierra.


Siempre bajo la majestuosa imagen del castillo, recorreremos sus callejuelas topandonos con caudalosas fuentes, que llenan de vida todos su alrededores con su canto acuático.


No muy lejos encontramos la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción cuya espadaña forma se encuentra escondida tras un gran pino.



En cuyo interior, se respira un silencio acogedor que llama al recogimiento y al sosiego.


Y terminamos la visita junto a la Torre del Reloj, muestra de modernidad en la localidad que llego con la revolución industrial y que fue construida para marcar el pulso de esta pequeña localidad serrana.


Una localidad, que guarda multitud de rutas, senderos, cuevas y numerosas sorpresas mas, que nos esperan un próximas visitas.

Ya estamos deseando volver!

2 comentarios:

  1. Madre mia de mi amor y de mi corazón, esta ruta me la apunto, como me apunte la de los refugios anti-aereos de Jaen, que gracias a tu reportaje, lo pude visitar en realidad. Y esta cae SI o SI, por que en hace poco he ido un pr de veces al pueblo de Torres que esta cerca de ti y como tengo que volver a ir, visitare ese impresionante castillo. Gracias por poner unas rutas tan chulas enhorabuena. Un cordial saludo.

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    1. jeje me alegro que con mi ayuda puedas ir conociendo alguna de las maravillas que tenemos en Jaén. Te gustara este castillo, tiene unas vistas impresionantes y de vertigo! Gracias a ti por tus comentarios amigo! Un abrazo

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