Saludos amigas y amigos.
Lo confieso. En este año en el que mi blog cumple los 10 años de vida,
no le estoy dando la vidilla que debería a este mi Mundoblog.
Después de 10 años, de llegar a 79 países con mis letras, de acariciar
el millón de visitas, uno se encuentra que ya no tiene 20 años como
cuando comenzó a crear este blog y la vida, te va robando poco a poco el
tiempo y cuando no es la vida, es por que te toca afrontar ese momento
catártico en el que te conviertes en padre de una pequeña criatura que
es tu presente y tu futuro...y tus prioridades cambian.
Aún así, no quisiera que este fuera el final de mi blog y mientras que
queden cosas por mostrar, por descubrir y enseñar de nuestro Paraíso
Interior seguiré ampliando este mi blog, si no con más
periodicidad...con menos.
Dicho esto, hoy quiero invitaros de nuevo a viajar por el corazón de la ciudad
de Martos para conocer el origen de otra de las calles de nuestra
localidad en cuyo nombre se esconden muchos secretos.
Hoy ponemos rumbo a la Calle denominada Del Motril.
Para quien no sepa donde se encuentra, decir que esta calle la
encontramos muy cerca del Santuario de Santa Maria de la Villa, que
rodea al mismo por la parte baja, rodeando en parte las murallas en las
que se asienta el Santuario y que termina en el Albollon, muy cerca de
la Fuente Nueva.
El Santuario de la Virgen de la Villa es un lugar sagrado desde hace
milenios, sabiendo que en el lugar en el que hoy se levanta él
santuario, rehecho totalmente tras el incendio piromano que destruyó su
techo y su interior en 1936, fue anteriormente uno de los templos
principales de la Orden de Calatrava, en el que además se enterraron
desde Maestres de la Orden a grandes personalidades como el maestro
cantero Francisco del Castillo. Anterior a eso, fue la mezquita menor de
Martos y siglos atrás, fue un santuario prehistórico.
Todo este recinto sagrado, enclavado en el cerro de la Villa, quedó
integrado en el Castillo o Fortaleza Baja de la Villa al ir siendo
ampliado el mismo con el tiempo. Cuando finalmente la Reconquista de la Península llegó a su fin, la
población marteña hasta entonces encerrada en sus murallas, comenzó a
expandirse fuera de ellas siendo una de las primeras calles en surgir,
la que hoy nos ocupa.
Una
calle extramuros pero cercana a los mismos muros de la ciudad por si el
peligro regresaba. Una calle hoy humilde, con casas típicas marteñas,
blancas de cal, con
puertas y ventanas de madera en la que antaño existieron casas de mayor
entidad e incluso palacetes.
Una calle, cuya denominación nos hace viajar a aquellos siglos donde las
luchas entre musulmanes y cristianos aún estaban muy frescas en el
recuerdo. La Calle del Motril, nos cuenta la historia de un histórico personaje que llegó y se instaló en nuestra ciudad.
Se
llamaba Juan Díaz y llegó a nuestra ciudad junto a su esposa Bernardina
Gutiérrez. Lo más probable es que esos no fueran sus nombres verdaderos
y me explico. Estas dos personas eran lo que comúnmente se denominaban
Moriscos. Eran
descendientes de aquellos musulmanes que perdieron la Guerra de Granada o
Reconquista, cuando la ciudad y el territorio musulman que controlaba,
fue conquistada por los Reyes Católicos.
Los habitantes de aquellos territorios tras la derrota optaron o por
marcharse de la Península Ibérica en dirección a África para siempre o
instalarse en la Alpujarra, donde en muchas ocasiones siguieron
manteniendo sus costumbres y su credo.
Así estuvieron desde 1492 cuando terminó la Reconquista hasta 1568.
Muchos pueblos alpujarreños ni tan siquiera notaron que el reino
musulman de Granada había desaparecido durante años, hasta que los
castellanos dueños y señores de la península bajo el reinado de los
Reyes Católicos primero y de Carlos I de España y V de Alemania después,
comenzaron a subir los impuestos a la población morisca y a limitar sus
libertades culturales.
La situación estalló en una revuelta que tras dos años puso a los
moriscos en la tesitura de elegir entre la expulsión o la conversión al
cristianismo y a la pérdida de todo acervo musulman. Los que eligieron
la segunda opción, fueron además dispersados por toda la península.
De este grupo, formaría parte Juan Díaz apodado El Motril muy
posiblemente por provenir de aquella parte de la provincia de Granada.
Tanto el como su esposa, se asentaron en la calle que hoy lleva su
nombre, y no solo se integraron sino que hicieron fortuna en nuestra
ciudad, consiguiendo un buen palacete que se construyó en la zona (hoy
totalmente desaparecido) y haciéndose famosos hasta el punto que la
calle donde habitaban llevó el nombre del mismo, desapareciendo con los
siglos el largo nombre de Calle Juan Díaz el Motril, para resumirse en
la actual Calle del Motril.
Una calle muy curiosa, puesto que une dos tramos de nuestro callejero,
el primero que baja de forma empinada desde el Santuario de la Virgen de
la Villa y el otro, que discurre continuando la Calle Baluarte,
estrechándose, llenándose de recovecos y demás particularidades de esta
calle típicamente andaluza y marteña.
Una calle muy peculiar, que tal vez tenga este trazado, al haber
abrazado el desaparecido palacete del famoso Juan Díaz el de Motril...un
personaje cuya huella y cuya lúgubre leyenda siguen a día de hoy
presentes en la calle...pero la leyenda amigos...ES OTRA HISTORIA!
Muy interesante de verdad y curioso
ResponderEliminarUm antepassado meu chamava se Jose Gallegos Diaz de Motril....
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