domingo, 14 de enero de 2018

El Castillo Nuevo de Bedmar, Vigía de la Sierra Mágina.

Saludos, amigas y amigos.

Ahora que toca iniciar este 2018, quiero acercaros a conocer un hermoso lugar, destacado en esta tierra de castillos y batallas.


Una vez más dirigimos nuestros pasos hacia esa sierra que se encuentra en el corazón de la provincia y donde se cuenta la mayor altitud de la misma, como es Sierra Mágina.

Hoy nos quedamos a conocer un poco de la historia de Bedmar y de sus castillos, que hace poco fueron noticia y a los que tengo particular cariño.
Y lo tengo, porque fue en Bedmar y en su idílico entorno de Cuadros donde realicé una de las primeras escapadas de mi vida y fue frente a la Serrezuela, donde trabajé por primera vez en la aceituna.


Con estos precedentes, me interesé por la extensa historia de este lugar.

Aunque en este municipio se encuentra el único de los yacimientos del Paleolítico medio de Andalucía, lo que nos habla de la temprana ocupación de este lugar; el origen del pueblo se señala en el siglo IX, en el que la población se ubicó en al-Matmar o “la cueva”, a veinte metros de altura y adosada a la roca, donde los muladíes Banu Hábil se levantaron contra el Emirato de Córdoba hasta que fueron derrotados por Abderramán III.


Aquella cueva origen de todo, estuvo protegida por un parapeto y contó con un aljibe. Poco a poco, fue defendida por lienzos de muralla y utilizada como almacén y refugio defensivo. En torno a la misma, comenzó a surgir el llamado Castillo Viejo de Bedmar, cerca del pueblo, adaptándose al terreno empinado como una prolongación de la Serrezuela. En su interior, se construyó un aljibe y sus murallas se alzaron con tapial de calicanto, reforzado con mampostería y un torreón, que sufrió múltiples avatares durante la Reconquista.


Y es que, aunque en 1227 Fernando III conquistó Bedmar, los musulmanes no tardaron en volver a tomarlo. En 1231, fue otra vez tomado por don Martín Sánchez de Bedmar, a quien Fernando III le donó la Villa de Bedmar. Sin embargo, en 1303 Mohamed III de Granada volvió a conquistar Bedmar hasta el 1309, cuando después del cerco de Algeciras por Fernando IV, se firmó la paz y los musulmanes devolvieron Quesada, Bedmar y Cuadros volviendo la frontera a su estado anterior.


La Orden de Santiago creó la Encomienda de Bedmar y Albánchez y con la importancia creciente de Bedmar como vigía fronteriza en la guerra contra los nazaríes, comenzaron a reforzar las defensas del pueblo y a construir un nuevo castillo que sustituyera al "viejo" que era insuficiente para la defensa de un bastión tan importante. El Castillo Viejo estaba perdido si se atacaba desde la Serrezuela al estar demasiado pegado a la montaña.



Tal hecho estratégico supuso el abandono del antiguo castillo y la creación del nuevo, como ariete defensivo de Baeza y Úbeda a partir de 1411 por la Orden de Santiago; reforzando su poder. Tras el alzamiento del nuevo fuerte defensivo, varios asaltos árabes fueron rechazados (1417, 1420, 1431).


El Castillo Nuevo construido sobre un cerro roquero que gobierna todo el pueblo, se encuentra cerca de la Serrezuela y del Castillo Viejo, con la diferencia de que estaba más separado de la gran montaña serrana.



La Orden de Santiago mantuvo el control de Bedmar hasta 1563 cuando fue vendida a don Alonso de la Cueva, a quien Felipe III otorgó el título de marquesado, y así con el paso de los siglos, esta fortaleza ha ido pasando de mano en mano, viendo cómo sus murallas y estancias se iban arruinando y derrumbando.





Fue declarado Monumento Histórico en 1985 y en la actualidad, este castillo se encuentra en estado de ruina e incluido en la Lista Roja del Patrimonio Español en Peligro. Su cercanía con las casas ha generado muchas veces problemas al derrumbarse parte de sus murallas. Aún así, las murallas exteriores conservan importantes paños de murallas, que protegen el primer recinto por el que se accede por un lateral, a espaldas del pueblo.


Este primer recinto, de ser excavado algún día, sin duda, depararía importantes sorpresas que arrojarían mucha luz sobre la vida en este castillo y su dilatada historia.


El segundo recinto, también en ruinas, aún guarda parte de la imagen y la forma que antaño pudo tener, conservando la forma de su robusta portada y los restos de su fachada.

 

En el interior, aún se adivinan antiguas estancias, saeteras y antiguos espacios que hoy se encuentran arruinados y parcialmente llenos de escombros.




Aún así, desde las murallas de este viejo castillo, se pueden admirar unas vistas impresionantes de todo Bedmar, de la Iglesia que se alza a los pies del castillo y de toda la serranía que rodea al mismo y que durante siglos fue defendida por este gigante de roca.




Un gigante con pies de barro como se suele decir, que todos los amantes de la historia y de los castillos de Jaén esperamos que tras la reciente compra por parte del ayuntamiento de Bedmar de su titularidad, reciba la atención y los merecidos cuidados que merece y necesita desde hace ya muchísimo tiempo.

1 comentario:

  1. Bonito reportaje!!!
    Es una pena que edificios tan bonitos acaben en este estado. Ojalá tomen medidas pronto y por lo menos conserven lo que queda aún.
    Un saludo.

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