viernes, 16 de enero de 2015

Porcuna, tierra de frontera. Cuna y cárcel de reyes

Saludos, amigas y amigos que seguís mi blog.

Antes de nada y por enésima vez, pedir disculpas pues he pasado una temporada en la que no he dispuesto del suficiente tiempo para sentarme y escribir.


Dispuesto en este nuevo año a recuperar la actividad de mi blog e intentar recuperar también el ciclo de entradas al mismo, comenzamos una nueva visita a uno de los rincones de nuestro querido Paraíso Interior.

Hoy nos vamos a la frontera, nos vamos al límite de la provincia con Córdoba, para conocer uno de los pueblos que desde hace siglos vigila esta frontera olivarera.

Nos disponemos a visitar Porcuna.


En esta pequeña población, ubicada sobre un cerro que proporciona unas impresionantes vistas de varios kilómetros a la redonda, se asentó desde hace milenios el hombre e importantes huellas de esta extensa presencia han quedado marcadas en todo el término municipal de la localidad.

Comenzando por los Íberos, que probablemente eligieron Obvlco (antigua denominación de Porcuna) como ciudad fortificada y nudo de comunicaciones de la antigua Vía Heraclea, que atrajo importantes "personalidades" de la época. Muestra clara de ello, es el yacimiento arqueológico de Cerrillo Blanco, que se encuentra a poco más de un kilómetro de distancia del núcleo urbano, del que surgieron tras unas excavaciones en 1975 un conjunto escultórico de los más importantes de la cultura íbera, enterrados junto a una necrópolis datada en el siglo V antes de Cristo


Tan importante yacimiento recientemente fue incluido en el Viaje al Tiempo de los Íberos y todo el conjunto arqueológico fue musealizado para orientar a los muchos visitantes que se acercan hasta el lugar. Las magnÍficas esculturas ya no se encuentran en Porcuna, pero se exponen en el Museo Arqueológico Provincial de Jaén.


No muy lejos de este yacimiento, encontramos un magnífico puente romano de época romana republicana, que lamentablemente se encuentra totalmente olvidado. A la sombra de un moderno puente, que une por carretera Jaén Córdoba, se encuentra este puente hoy parcialmente derruido por las constantes crecidas del Arroyo Salado que sigue resistiendo, como muestra de la ingeniería romana.


Interesados en conocer aún más la historia de la antigua Obvlco, nos dirigimos hacia el corazón de Porcuna, para visitar la Torre de Boabdil . Algunos vestigios perviven aún del que fuera el Castillo de Porcuna, enclavado en lo más alto del cerro donde se asienta el pueblo. Varios paños  de muralla y una parte del recinto defensivo, siguen protegiendo la Torre Ochavada de Porcuna, donde estuvo varios meses preso, el último Rey de Granada, Boabdil el Chico.



En el interior de la misma en la actualidad, se encuentra el Museo Arqueológico Municipal donde podemos dar un paseo por la historia de esta localidad comenzando por la prehistoria, seguido de íberos, romanos, etc de los que queda mucha historia, pues por ejemplo, no todos los asentamientos humanos de la antigua Hispania romana, contaron con su propia ceca o moneda, como sí tuvo Obvlco.




Además, al llegar a la última planta de la Torre podemos disfrutar de las vistas que ofrecen sus 30 metros de altura, que nos permiten ver casi todo el caserío de Porcuna y a las poblaciones cercanas como Lopera, Martos, Valenzuela...



Bajando ya de la Torre, nos dirigimos hacia la Plaza de Andalucía, centro neurálgico del pueblo donde se encuentra la Iglesia de la Asunción, templo neorrománico reconstruido en el siglo XX en el solar donde se encontraba la Iglesia Mayor edificada por los Caballeros de la Orden de Calatrava.



Junto a la Iglesia, el Ayuntamiento, antiguo Pósito que cierra la Plaza con un Arco también reconstruido sobre un antiguo arco medieval.


Después de tanta historia, quizás necesitemos relajarnos un poco. Será un buen momento para encaminarnos hacia el Paseo de Jesús, un hermoso vergel construido sobre un talud, que nos depara nuevas panorámicas de toda la campiña olivarera que nos rodea.

En este mismo parque podemos encontrar por un lado, la Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, pequeña iglesia gótica, donde se encuentra el hermoso Camarín Barroco del Cristo Nazareno.


Y al otro lado del paseo, presidiendo la entrada al mismo nos topamos con la Casa de Piedra. Monumental edificio que comenzó a construirse en enero de 1931, de manos del cantero local Antonio Aguilera


Podría escribir muchas cosas sobre esta Casa, visita obligada por todo aquel que llegue a Porcuna, pero mejor dejo aquí el testimonio del autor de tal obra, un hombre tildado por muchos como loco o soñador, y que llevó a cabo esta obra excepcional:


"no he mencionado la serie de impertinencias que recibía constantemente de todos los que veían la obra que tenía emprendida con pocos recursos, tan solo y en un solar tan grande. No había criatura que no hiciera un comentario disparatado sobre esta tan difícil empresa.

El trabajo mayor de esta obra no ha sido el acumular piedras o el trabajo de artesanía, sino aguantar a tantas gentes desprovistas de sentido común, hasta incluso de mi familia, que todos los picotazos iban contra la ejecución de la obra. Según todos los de fuera y los de dentro, yo estaba perturbado hasta las uñas con la referida obra, pero con la paciencia de un muerto he llevado esta impertinencia y al mismo tiempo he apechugado con todo lo que se ha presentado, siempre adelante, como si no existiera oposición alguna"


En algunos lugares de la Casa, las grandes rocas que forman la construcción llegan a recordar a las grandes obras megalíticas, pues muchas se encuentran unidas sin argamasa de ningún tipo.

"tarde un año en descombrar el solar, retirando 2865 carros de escombro, con la ayuda de un carrito volquete y una burra blanca con 25 años, desechada de un cortijo. Durante dos años, almacene varios miles de carros de piedra y después empece los trabajos de cimentación solo, sin medios económicos ni esperanza de tenerlos, pero con una salud de primer orden, una fe desmedida, unas ganas de trabajar salvajes y un ramalazo de locura bien apretado según la gente. Al llegar al nivel del paseo, empezaron a ayudarme mis dos hijos, no haciéndolo antes por ser pequeños, el labrado de la piedra lo hice yo solo..."


" El 11 de mayo de 1960 quedo la  casa totalmente terminada. He podido comprobar años antes de la terminación que los envidiosos y enemigos de mi obra, ya no hablaban al ver que las visitas se aproximaban a ver la obra, eran en gran parte personalidades y esto empezaba a demostrarles que no era locura tan grande como ellos habían imaginado, lo cual dio por resultado que claudicaron todos en su manera de pensar"

"Por fin después de 29 años de trabajo, conseguí ver terminada mi obra, sin ayuda de nadie extraño, sin planos (como las chozas de un melonero) resolviendo las dificultades en mi cabeza y demostrándole a todo el mundo que no estaba loco y que con una voluntad de hierro se consigue triunfar  en la vida"


Llegados a este punto, paseando perdidos por las callejuelas nos topamos con la Iglesia de San Benito, uno de los edificios pertenecientes a la antigua Orden de Calatrava más importante que queda en nuestra provincia. Sorprende encontrar esta hermosa iglesia, semi enterrada entre huertas urbanas.


Su interior se divide en dos naves, adornadas por capiteles vegetales esquemáticos y con arcos y portadas de estilo mudéjar  que constituyen uno de los pocos ejemplos del Bajo Medievo en Jaén.



En su interior se encuentra la imagen de San Benito, que según cuenta la tradición, fue encontrada en el huerto aledaño y que había sido escondida allí, durante la invasión árabe de España.



Prácticamente al lado de este templo, se encuentra el solar de la Ciudad Ibero-Romana de Obvlco incomprensiblemente abandonado, rodeado de olivares y zonas de cultivo.


Este yacimiento fue hallado en los años 90 del pasado siglo. Llama la atención, como el antiguo trazado de sus calles coincide casi al milímetro con el del actual trazado urbano. 


Se conservan numerosas cisternas, calzadas, columnas y solares que lamentablemente se encuentran expuestas al expolio, puesto que en muchas ocasiones se detectan buscadores de monedas.


Llegados a este punto, ponemos punto y final a nuestro paseo por Porcuna sabiendo que regresaremos a este rincón de la provincia tan concurrido desde hace siglos y tan adornado de miradores, los mismos por los que con toda seguridad, asombraron a los muchos reyes y pueblos, que por aquí pasaron.

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