domingo, 10 de noviembre de 2013

Cazorla, un regalo para los sentidos

El otoño sigue pasando y los jiennenses volvemos a mirar al cielo, esperando que las ansiadas lluvias vuelvan y sofoquen la sed de nuestros campos y olivares, que ya están dando muestras de agotamiento por la falta de lluvias mientras que crían esa esperada cosecha de aceituna, que alivie momentáneamente la situación económica.


Para olvidarnos un poco de los problemas cotidianos, os quiero llevar a uno de los lugares más hermosos y conocidos de Jaén.

Nos vamos a Cazorla de turismo sostenible, de ese que tanta falta hace y que debería tomarse en cuenta, en muchos municipios de la provincia para generar más empleo y diversificar la economía.

Os voy a enseñar una pequeña parte de este municipio serrano, de casas encaladas protegidas bajo la imponente sombra de dos castillos.


Una excelente manera de iniciar nuestro periplo es desde la plaza de la Corredera, centro neurálgico de Cazorla, rodeado de grandes casas, donde van surgiendo las primeras instantáneas de las muchas que tiene este pueblo por ofrecer.

Desde allí, no tardamos en llegar al Balcón de Zabaleta, uno de los rincones más fotografiados de toda España. Allí podremos deleitarnos ante la imponente panorámica de la Cazorla alta, la antigua, donde el caserío blanco impoluto se fusiona con la naturaleza, los bosques, la historia y los picos serranos que rodean todo el pueblo.
 

Muy cerca se encuentra la Plaza de Santa María, construida sobre el Río Cerezuelo. Este enorme espacio abierto, rodeado de montañas, monumentos y de naturaleza ofrece nada más llegar la visita al Centro Temático de Especies Amenazadas, antiguas Carnicerías que se encuentra colgado literalmente sobre el cauce del río. En el que podremos aprender mucho sobre las especies que viven en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas donde nos encontramos y conocer mucho sobre la importancia de su conservación, rodeados de los sonidos del bosque y los seres que lo habitan.




Frente a este, el imponente Pilar de las Cadenas, muestra del Renacimiento andaluz y la antigua iglesia de Santa María, cierran esta hermosa plaza, antaño antigua e improvisada plaza de toros.



Las ruinas de Santa María son visitables, pero para acceder a ellas debemos dirigirnos al Centro Temático Frondosa Naturaleza, que nos ofrece otra forma de conocer el Parque Natural y muchos pequeños detalles que a veces se nos escapan.



Desde aquí, descubriremos los restos de la antigua iglesia, que nos invita a perdernos en su historia y curiosamente, a adentrarnos también bajo su suelo.

La Iglesia de Santa María nos cuenta la historia de la Villa de Cazorla, que en el siglo XVI o Baja Edad Media era un área vital por ser zona de contacto entre Castilla y los territorios nazaríes en retirada.

El influyente Francisco de los Cobos, una de las grandes personalidades del Renacimiento español, impulsó la transformación de la Cazorla medieval, remodelando toda la plaza y ordenando la construcción de esta iglesia. Una iglesia que constituyó en los años de su creación todo un reto, al ser necesario construir una impresionante bóveda sobre el cauce del Río Cerezuelo, en el solar en el que hace siglos se encontraba un puente medieval que conectaba los dos margenes del río. Surge así, un gran espacio pensado y planificado en parte por Andrés de Vandelvira que arrasó todas las edificaciones anteriores y dio paso a la actual plaza y la iglesia, que presidiría la misma. Esta iglesia nunca llegó a construirse totalmente, debido a las dificultades de su construcción y a la muerte de Francisco de los Cobos, que produjo la ralentización de muchos de sus proyectos y la paralización de otros.


Pero, hubo un hecho que provocó un antes y un después en la construcción de la misma. El 2 de Junio de 1694 se produce una gigantesca tormenta que origina el colapso de la bóveda al caer grandes rocas de las cercanas sierras que provocan la inundación y destrucción tanto de la iglesia como de la plaza.


Los restos que quedaron de la misma perecieron durante la Ocupación Napoleónica entre 1810 y 1812, en donde la iglesia sufre varios incendios y saqueos. Tras ello, el lugar queda abandonado y utilizado en ocasiones como vivienda y cementerio, provocando un desplazamiento de la población hacia la Plaza de la Corredera.


En la actualidad, tras varias intervenciones arqueológicas y de restauración, podemos admirar lo que pudo ser esta plaza y adentrarnos en su singular e impresionante bóveda, que recorre bajo el suelo parte de la plaza y de la iglesia.

Tras esta visita, alzaremos la vista para observar el Castillo de la Yedra o de las cuatro esquinas, que nos invita a ascender hacia sus murallas, para adentrarnos en su acogedora Torre del homenaje, donde se esconde el Museo de Artes y Costumbres Populares del Alto Guadalquivir.


Conforme ascendemos por las distintas estancias y pisos del castillo, iremos aprendiendo mucho sobre su antiguo uso religioso-militar. La primera estancia la encontraremos rodeada de pinturas apostólicas junto a un cristo bizantino, mientras que la segunda será una imponente Sala de Armas que ofrece una pequeña exposición de las antiguas armas de guerra, armaduras incluidas, para terminar en una tercera sala, la Sala Noble, ambientada en el antiguo estilo señorial que tuvo este castillo durante y después de la Reconquista. Mientras subimos por la Torre del homenaje, podremos disfrutar de las vistas de toda Cazorla desde la altura considerable de esta majestuosa fortaleza.



En una estancia aledaña que antiguamente fue una residencia de verano de los antiguos señores del castillo, veremos de cerca multitud de útiles de labranza, junto a una colección de cerámicas y una cocina cazorleña, junto a maquetas de los antiguos caseríos que poblaban esta zona de Jaén.



Una vez terminado nuestro recorrido por la Villa de Cazorla, es momento de conocer aunque sea brevemente parte de la naturaleza virgen que la rodea.




Para ello, desde la misma entrada del Castillo de la Yedra, nos proponemos como reto seguir ascendiendo el cerro de Salvatierra, en cuya ladera nos encontramos. La vertiginosa subida, nos irá mostrando curiosas perspectivas de todo el pueblo y de la serranía circundante y cuando por fin culminemos nuestro ascenso y recuperemos el aliento, conoceremos otra de las joyas de la historia que forman esta localidad.


Coronando el cerro, nos topamos con el Castillo de Salvatierra o de las Cinco esquinas, que aunque permanece oculto desde la misma Cazorla, se alza imponente resistiendo el azote de los siglos en esta particular atalaya.



No muy lejos y frente a él, en épocas lluviosas o de nevadas, escucharemos el sonido de majestuosas cascadas sorprendentemente cerca del núcleo urbano y hacia ellas nos dirigimos.


Saliendo de la zona alta de Cazorla, llegamos a la Ermita de San Miguel donde se inicia un camino de tierra que nos irá alejando de la civilización. Seguimos bajo la protección del castillo de Salvatierra hacia la Cascada de la Malena, hermoso salto natural a apenas 3 kilómetros de Cazorla.



Transitando por los bosques y las sendas será muy fácil avistar águilas o ardillas para llegar sin darnos cuenta a un nuevo salto de agua, bautizado como la Cascada de la Escaleruela, que choca varias veces en la pared de la roca en su descenso.



Una vez allí, completada una fructífera jornada de turismo sostenible, podremos dar por terminada nuestra visita, sabiendo que hoy solo hemos empezado a disfrutar de tanto y tanto como Cazorla nos ofrece.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Alcalá la Real, museo abierto. Por la Protección de la Sierra Sur de Jaén

Que día mas aburrido...Que domingo mas largo y pesado...

¿ Os suenan esas palabras ? 


Y sin embargo, aquí mismo, en nuestro Paraíso Interior y en nuestra Sierra Sur, que sigue batallando para obtener una mas que merecida y necesaria figura de protección ambiental tenemos una amplia oferta cultural, para pasar un buen día rodeado de patrimonio e historia, junto a multitud de lugares idóneos para hacer fotografías, pasear y charlar. 

Uno de esos lugares es Alcalá la Real.


Un lugar único para conocer, no solo una hermosa ciudad, si no al mismo tiempo, hacerlo atrás en el tiempo, recorriendo y conociendo las huellas de las distintas culturas que por aquí pasaron.



Para comenzar nuestra visita, nada mejor que dirigir nuestros pasos hacia el inicio de "El Llanillo", una de las principales calles de Alcalá la Real, donde se encuentra, en el interior del Centro Social de la Tejuela, un magnifico yacimiento arqueológico, que nos transporta a época romana, la Domus Herculana, hermosa villa romana, con varios periodos de ocupación, entre los siglos I y III después de Cristo y IV y V después de Cristo, donde tras de varios años de excavaciones en los que han surgido numerosas sorpresas y piezas arqueológicas importantes, se a abierto recientemente al publico, acompañando nuestra visita con varios paneles didácticos que nos ayudaran a conocer mas sobre esta retazo de historia recuperada.




Prosiguiendo por nuestro paseo por El Llanillo, llegamos a la Fuente de la Mora, hermosa y refrescante, que nos susurra al oído la historia de un amorío imposible entre una joven mora y un capitán cristiano.


Y frente a dicha fuente, la monumental Iglesia de la Consolación, la mas importante de Alcalá, en cuyo interior se encuentra la Virgen de las Mercedes, patrona de la ciudad y muchas de las imágenes procesionales mas señaladas de la Semana Santa alcalaína. 



Y llegando al termino de esta hermosa calle, nos topamos con el Palacio Abacial, edificio neoclásico que en la actualidad acoge el Museo de la ciudad, donde además de descubrir todo un abanico de fósiles y vestigios históricos de la amplia historia de la ciudad, podremos encontrar también, todo tipo de información turística para proseguir nuestro paseo cultural.




Pero, por supuesto. En nuestro recorrido, nos habremos percatado de la imponente presencia de la  majestuosa Fortaleza de la Mota, que gobierna desde hace siglos toda Alcalá en su extensión.


Hacia ella nos dirigimos, para conocer el Centro de Interpretación de la Vida en la Frontera.


Entrar en esta fortaleza es una sorpresa continua, puesto que lleva ya muchos años siendo restaurada y excavada, surgiendo progresivamente nuevos espacios que se van uniendo a la enorme extensión del cerro de la Mota


Antes de adentrarnos en los muros de la fortaleza, podremos descansar en los frondosos jardines que rodean la entrada al castillo, desde allí ya podremos ir descubriendo secretos, conociendo las numerosas puertas que tenia y guardaban el acceso al mismo, creando un complejo sistema defensivo que llego a convertir a la Mota en un autentico quebradero de cabeza para todo aquel que osase atacarla.


Mientras ascendemos a la Alcazaba, podremos disfrutar de una vista panorámica de toda Alcalá la Real y de los restos de antiguos arrabales e iglesias que existían a su alrededor.



Al llegar a la cumbre del cerro, nos damos de bruces con la imponente Torre del Homenaje, unida al principal recinto defensivo. En las distintas estancias de las torres que la conforman ( De la Campana, La torre Mocha ) conoceremos a algunos de los antiguos habitantes de estas murallas, como se fue formando toda esta ciudad amurallada o algunas de las costumbres del medievo.



A su lado, la Iglesia Abacial una impresionante joya arquitectónica que atesora una extensisima historia, de su inicial pasado gótico, pasando por el incendio provocado por los invasores franceses, hasta llegar a el uso turístico actual, que incluye la proyección de una película en uno de sus muros, desvelándonos todos sus secretos.




Muchas estancias mas, complementan nuestro paseo como la botica o la bodega que nos ayudaran a transportarnos a los tiempos en los que la frontera entre dos mundos enfrentados, dejo su huella para siempre en esta hermosa ciudad del sur jienense.



Y aquí termina nuestro viaje por hoy, sabiendo que una parte de nosotros a quedado atrapada para siempre en los muros de la ciudad y que solo es cuestión de tiempo, que nuestros pasos vuelvan a esta joya de la Sierra Sur de Jaén.