Saludos, amigas y amigos.
Una vez más, vamos a recorrer otra de las hermosas calles de nuestra
ciudad, con el objetivo de descubrir su origen, sus curiosidades y el
origen de su denominación, que como siempre guarda una historia que pasa
desaparecida de tanto nombrarla.
Hoy vamos a conocer la Calle la Fuente.
Esta vía, es una de las más antiguas de la localidad y comunica La Plaza
(porque en Martos tenemos muchas plazas, pero la Plaza de la
Constitución es LA PLAZA) con la Plaza de la Fuente de la Villa.
Hasta hace unos años, esta calle era denominada oficialmente como Calle
General Canis, en honor al marteño Emilio Canis Martínez, gran héroe
militar que participó activamente en la defensa de los últimos retazos
del Imperio Español. En 1895, viajó a Cuba donde luchó por la
pacificación de la antigua Colonia Española, que durante sus últimos
años llegó a ser provincia autónoma. Tras el desastre del 98, en el que
España perdía Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Guam y las Islas Carolinas;
el General Canis fue enviado al Protectorado Español de Marruecos, donde
tuvo que luchar sin descanso contra los rifeños siendo herido en varias
ocasiones, hasta la pacificación del territorio tras el desembarco de
Alhucemas; donde tuvo una importante participación.
No obstante, los marteños desde siempre siguieron utilizando el coloquial nombre de Calle de la Fuente para citar esta calle.
Si la recorremos de forma descendente, antes de nada nos encontramos con
El Rincón. Se trata de un pequeño callejón que permite acceder a varias
casas escondidas en las traseras de La Plaza. Fue este lugar antaño famoso, por encontrarse en él una famosa posada,
bautizada como la Posada del Rincón y que era conocida además por la
escasa limpieza de la misma.
De ella surge la famosa coletilla marteña de “tiene más mierda que la Posada el Rincón”.
La Calle la Fuente hace siglos, tuvo una puerta de muralla desde la cual
se salía del recinto amurallado a las afueras de la ciudad. Dicha
puerta se encontraría en el punto en el que la calle se bifurca entre La
Fuente y Puerta de Jaén.
La muralla continuaría paralela a la calle, manteniéndola constantemente
vigilada y lo más probable es que dicha muralla siga intacta; aunque
hoy se encuentre oculta tras las casas que se construyeron ante ella y
que acabaron formando una simbiosis entre viviendas y murallas.
Conforme vamos descendiendo, llegamos al Antiguo Hospital de San Juan de Dios.
Un edificio de finales del siglo XVI, que fue fundamental en la vida de
toda la Villa de Martos, de igual modo que hoy la medicina y la sanidad
siguen siendo vitales en nuestra sociedad.
Este edificio, lleva en funcionamiento prácticamente cuatro siglos, aunque los usos del mismo han ido variando con el tiempo. Durante siglos, fue el hospital de la Orden de San Juan de Dios el que
auxilió a todos los ciudadanos de Martos a lo largo de los avatares de
la historia, entre epidemias, tumultos, revueltas y guerras. Además, fue
lugar de reuniones clandestinas, tanto de grupos políticos perseguidos
(republicanos) como lugar de tenidas secretas de las Logias Masónicas
que existieron en la ciudad, como los Hijos de Hiram.
Tras la guerra civil española (la última), cuando el tiempo ya lo había
deteriorado y dejado totalmente anticuado; fue convirtiéndose en un
taller de costura hasta que finalmente quedó abandonado en los años
setenta del pasado siglo.
Unas cuantas décadas más tarde, ya estaba en situación de ruina con varias estructuras empezando por el techo derrumbadas.
A principios de la década de los noventa, comenzó un largo proceso de
restauración que culminó años más tarde, devolviendo a la vida este
austero edificio presidido por una portada de pilastras, coronada por el
escudo de San Juan de Dios y en cuyo interior se esconde un hermoso
claustro de galerías.
Adherida al hospital, la antigua Iglesia de San Juan de Dios, que corrió
igual suerte que el hospital. Del siglo XVII, hoy se encuentra
restaurada y convertida en sala cultural, sobreviviendo mucha de la
decoración que originariamente tenía.
La imagen principal de San Juan de Dios, junto a varios retablos, fueron
trasladados a la Real Parroquia de Santa Marta y la parroquia de San
Juan de Dios, resurgió en la zona nueva de Martos. Frente a él, hoy completamente anónimo, encontramos un gran edificio de
vecinos, que antaño, fue casino para las grandes personalidades
marteñas, donde existía tanto una sala de juegos, como una biblioteca y
donde se realizaban actuaciones culturales.
Le sigue el antiguo edificio de los “parvulitos” donde más de uno,
comenzamos nuestra educación primaria y que hoy es un edificio
municipal.
Si seguimos descendiendo, podemos encontrar varios palacetes
decimonónicos de gran porte; algunos de ellos lamentablemente
abandonados, ya que hoy día, aunque seas dueño de un palacio, la moda es
vivir en una caja de zapatos, en un insulso bloque de pisos.
Finalmente, casi al final de la calle se encuentra la casa donde nació
Manuel Chamorro Martínez, militar africanista que siendo Capitán del
Estado Mayor del Ejército de la República, formó parte de la
conspiración y posterior rebelión que el 18 de Julio de 1936, dio paso
al fracasado golpe de estado que desencadenó la guerra civil española. Como Jefe del Estado
mayor de las sanguinarias Columnas de África, participó en el asalto y
la ocupación de Badajoz, al tiempo que participó en varias acciones
durante la guerra. Fue el artífice de la ejecución y asesinato público y
por garrote vil, del último alcalde democrático de Martos, hasta la
restauración de la democracia.
Frente a esta vivienda, el olvidado Callejón del Espino; la única calle
de Martos hoy día despoblada, ejemplo de una antigua vía de servicio que
utilizaban los criados de las casonas y palacetes de esta calle para
acceder a las casas por las puertas de atrás.
Al finalizar la calle, llegamos a la Iglesia de San Amador; santo patrón
de la ciudad, primer santo de la diócesis de Jaén, e Ilustre Hijo de
Martos.
Su templo del siglo XVI-XVII guarda no pocas singularidades de las que ya tendré ocasión de hablar largo y tendido.
No obstante, la más curiosa de todas, es la referencia histórica a que
esta iglesia se levantó en el lugar donde durante siglos, existió una
Torre de Vigilancia medieval, que se alzaría cuando la población marteña
fue creciendo durante el medievo y se vio necesitada de una generosa
fuente de agua, que fue hallada aquí, en la FUENTE DE LA VILLA.
Puesto que el lugar, quedaba apartado y alejado de las murallas y la
importancia de esta fuente fue fundamental para la vida en la ciudad, se
alzó esta torre; que parece ser que fue bautizada como Torre de la
Coracha y que vigilaría y protegería el lugar de posibles celadas y
asaltos.
Parece que finalmente tras la finalización de la Reconquista, esta torre
se desmontó y su solar, junto a los materiales que la componían, fueron
reutilizados en la iglesia.
Y así llegamos al último punto: el origen de la Calle La Fuente.
Y es que esta histórica calle, era la vía principal para bajar “a la
fuente”; una calle que como hemos visto, o estaba custodiada
constantemente por las cercanas murallas anteriormente citadas, o
finalmente fue utilizada como paso franco amurallado, que llevaba a La
Fuente, lugar como ya hemos dicho de importancia capital en épocas
pasadas.
Hoy, tantos siglos después y sin que la arqueología pueda actuar al
estar toda la zona poblada, es difícil dilucidar esta duda histórica de
esta hermosa calle; que guarda aún infinidad de secretos e historias.
Muchas gracias Miguel.Ya se el origen de mi calle
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