sábado, 22 de agosto de 2015

Mata Begid, la aldea serrana detenida en el tiempo.

Sierra Mágina es una de las comarcas de nuestro Paraíso Interior más desconocida e inexplorada por el público general.

Quizás la Sierra de Cazorla acapare casi todas las miradas de propios y extraños y a ello se le sume, las visitas a Sierra Morena dirigidas sobre todo al Santuario de la Morenita...

Y así, quedan olvidados a cada extremo de la provincia, el Parque Natural de Despeñaperros (próximamente escribiré sobre este) y el Parque Natural de Sierra Mágina, ignorando así el tremendo potencial que atesora la serranía de Mágina.


Una sierra que guarda multitud de secretos y que invita a conocerla sosegada y pausadamente, ya que de lo contrario, terminaremos dejando atrás en nuestras visitas multitud de detalles. Y lo digo con conocimiento de causa, puesto que tras no pocas visitas a esta comarca visitando sus senderos, pueblos, castillos y parajes singulares, me sorprendo al darme cuenta de que llevaba mucho tiempo pasando de largo por lugares tan especiales como las Fuentes de Hutar o la Aldea de Mata Begid, ignorando completamente la existencia de estos sitios tan impresionantes.

Pues hoy os quiero mostrar uno de esos tesoros. Nos vamos a Mata Begid.


Por mucho que lo he buscado, no he conseguido dar con el origen tan particular del nombre de este enclave, quizás algunos de los que me leéis podéis darme alguna pista.


Llegar hasta aquí, no es fácil. Esta finca rústica se encuentra camuflada y enclavada entre la frontera de los olivares y los pinares que pueblan este Parque Natural. No existen señalizaciones tampoco que ayuden a orientarnos para llegar hasta aquí. Quizás como ligera localización podría decir que se encuentra cercana a la población de Huelma, aunque en el término municipal de Cambil.


Esta aldea o cortijada, es muy llamativa. Podría decirse que el tiempo se ha detenido en este espacio romántico, decimonónico y sus ilustres edificios más son propios de antiguas fotografías color sepia o blanco y negro que del siglo XXI. Y es precisamente esta particularidad la que atrae a tanta gente hasta aquí.


Nada más llegar, nos sorprende el formidable bosque que protege de los calores todo el entorno y además oculta casi en su totalidad la visión desde lejos de esta aldea. Enormes plátanos de sombra pueblan el lugar con sus enormes troncos y su gran porte, que animan a disfrutar sosegadamente de sus sombras, invitando a sentarse en los muchos bancos encalados que encontramos a nuestro paso.


Presidiendo el lugar, encontramos dos mansiones llamadas la "Casa Vieja" y la "Casa Nueva" decoradas con el tradicional blanco de la cal y el azul, que le dan gran vistosidad, acompañadas por hermosas rejas, puertas de madera y unos hermosos jardines, a los que no se pueden acceder por ser privados.


Además, una soberbia escalinata parece abrazar un hermoso pilón donde dos leones escondidos bajo varias capas de cal siguen surtiendo el líquido elemento, llenando con su relajante canto todo el espacio circundante. Un espacio donde el murmullo del agua es constante, ya que en las inmediaciones de estas casonas discurre el Río Oviedo dando vida a una pequeña central hidroeléctrica, que antaño llegó a abastecer de electricidad no solo a este lugar sino a varios municipios aledaños.



Mata Begid fue siempre un lugar vinculado al bosque y en menor medida a la agricultura. Siglos atrás, el carboneo explotó todo el bosque que rodea la zona, realizando a veces auténticos atentados medioambientales que sobreexplotaron los bosques, hoy felizmente recuperados.


Cuando concluimos nuestro caminar junto a las nobles viviendas de este sitio...creyendo que no tenemos nada más que ver y podemos poner  fin a la visita...observamos escondido entre el frondoso bosque, una Ermita.



Hacia ella dirigimos nuestros pasos. Lamentablemente en la actualidad se encuentra abandonada, pero aún así sigue resaltando el blanco de la cal en su fachada. Cuentan que esta ermita fue abandonada tras la Desamortización de Mendizábal y que en ella se encontraba el Convento de Santa María de Oviedo.


Pero lo que más sorprende de este lugar si cabe, es su fuente. La fuente que preside esta antigua plaza, que hoy está medio perdida entre la maleza y que sigue surtiendo agua a pesar de encontrarse invadida por multitud de plantas invasoras.


Escondidas entre las hierbas, aparecen pequeñas esculturas adornando todo el entorno, haciendo volar nuestra imaginación, soñando en este lugar cuando estaba en su máximo esplendor.



Y el agua, el murmullo del agua es constante y nos envuelve a cada paso que vamos dando. No importa la época del año que sea, en el lugar más inesperado nos espera una cascada o una surgencia de agua, que refresca aún más todo el entorno y nos regala multitud de mágicas instantáneas.


Y para terminar, el Estanque

En la zona alta de la aldea, muy cercana a la Ermita se encuentra este estanque que recibe las aguas de una cascada del Río Oviedo.


Tiene una forma circular y se encuentra adornado por una pequeña escultura en la zona central, que surte agua de forma vertical añadiéndole vistosidad y un plus de magia a este espacio.


Varios bancos de piedra y el esqueleto de unos antiguos columpios nos recuerdan de nuevo que estamos en un lugar donde pareciera que el tiempo se ha detenido o quizás aquí corriera más lento.



Disfrutando, bajo la agradable sombra del bosque de ribera que abraza a este estanque y soñando con tiempos pasados, donde este lugar estuvo lleno de vida, ponemos fin a nuestra visita por hoy.

Teniendo presente, que próximamente hablaremos del Castillo de Mata Begid.

2 comentarios:

  1. Mata Bejid es un antiguo castillo en ruinas que esta muy cerca de la aldea. Me parece que hay un sendero para llegar, justo enfrente del cruce de la aldea.

    https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Mata_Bejid

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  2. Muy bueno! Muchas gracias por leerme y por tu enlace!

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