Saludos amigas y amigos.
En este tórrido verano alimentado por el cambio climático me gustaría comenzar algo diferente en este blog.
Se
trata de hacer pequeñas entradas, aparte de las que normalmente hago,
para contaros curiosidades de nuestra historia, ya sea local, provincial
o mundial, que muchas veces pasan desapercibidas y que siempre son
interesantes de conocer.
Estas entradas, van a
ser muy breves. No tranquilos, no voy a copiar algunos que hay por ahí,
que con publicar la ocurrencia del día, acompañada de una triste foto de
móvil, se dan por satisfechos. Mi objetivo desde siempre fue escribir,
pero siempre aportando información lo más útil posible y con imágenes de
la mayor calidad que se realizar.
Dicho esto
os hago la siguiente pregunta: ¿alguna vez os habéis planteado por qué
el mes de febrero tan solo tiene 28 días? ¿Y porque julio y agosto de
forma consecutiva tienen 31?
Aunque
ya estamos acostumbrados a este calendario y pasa desapercibido, si
somos un poco curiosos y escarbamos un poquito en la historia, nos
encontramos que estás singularidades tienen un mismo origen histórico:
la Antigua Roma.
Fue
Julio César, gran constructor del Imperio y una de las más grandes
figuras romanas, cuyo nombre fue heredado por sus sucesores de forma que
"César" se convirtió en sinónimo de todopoderoso del mundo (del mundo
conocido en la época claro) el que comenzó a manipular y jugar con el
calendario. Este señor decidió que el mes de su nacimiento, que por
aquel entonces era llamado "quintilis" cambiará de denominación
por su propio nombre: Julio. Decidió además que para darle postín a
dicho mes, le robaría un día al que hoy llamamos Febrero, para dárselo a
su mes.
Con
la llegada al poder de su heredero "al trono", su sobrino-nieto e hijo
adoptivo Octavio, que tras una dura guerra contra Marco Antonio
obtendría el título de César bajo el nombre de Augusto, este nuevo
emperador decidió que no podía ser menos que su antecesor, volviendo a
manipular el calendario, dándole su nombre al mes siguiente, "sixtilis" o sea Agosto y volviendo a robarle un día al pobre febrero.
De
esta manera, el orgullo y el honor de estos personajes, hizo que tanto
julio como agosto tengan 31 días en detrimento de febrero.
De
esta manera, dos hombres que vivieron hace miles de años manipularon el
tiempo y la historia, haciendo que aún hoy, cuando el imperio romano no
es más que un trozo de historia escondido en yacimientos arqueológicos,
sigamos cumpliendo su mandatos y alargando por siempre su gloria.
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