Hoy, tengo la grata oportunidad de mostraros uno de los lugares ocultos que existen en Jaén Capital. Un lugar que salvo contadas excepciones apenas ha sido abierto al público, siendo hoy día un gran desconocido por la mayoría de la población.
Una
población que sigue ignorando muchas veces el ingente patrimonio que se
encuentra prácticamente a la vuelta de la esquina, unas veces oculto
por intereses políticos (para no reabrir heridas, es la definición que
algunos utilizan) y otras por puro desdén hacia el patrimonio histórico
mismo.
El lugar que os voy a mostrar es el refugio antiaéreo que se encuentra en los sótanos del albergue juvenil de Jaén.
Un refugio que debería estar abierto desde hace ya muchos años para dar a conocer así la historia que acarrea, y que recientemente gracias al periódico Viva Jaén, a la Junta de Andalucía, Iuventa y otros colectivos, fue abierto para que lo conocieran un pequeño grupo de visitantes que fuimos muy afortunados por descubrirlo.
Un refugio que debería estar abierto desde hace ya muchos años para dar a conocer así la historia que acarrea, y que recientemente gracias al periódico Viva Jaén, a la Junta de Andalucía, Iuventa y otros colectivos, fue abierto para que lo conocieran un pequeño grupo de visitantes que fuimos muy afortunados por descubrirlo.
Un ataque que curiosamente a pesar de la destrucción causada, es muchísimo menos conocido que los bombardeos de Gernika, o Almería, que a día de hoy han dado para cuadros, libros y documentales.
El
bombardeo se produce en la capital jiennense, que se mantiene fiel y
leal a la República Española tras el Golpe de Estado del 18 de julio de
1936 que había fracasado en la provincia de Jaén, gracias al fuerte
movimiento obrero (muy fuerte en la capital, Martos o Linares)
y a la indecisión de los golpistas y guardia civil, que en gran parte
se mantuvo leal a la República, haciendo fracasar el golpe en toda la
provincia.
Aún
así, durante 1936 la provincia fue golpeada por la guerra, pasando
Alcalá la Real a manos de los sublevados en septiembre del 36, Porcuna y
Lopera a finales del mismo año y al inicio del Asedio al Santuario de
la Virgen de la Cabeza, que duró hasta mayo de 1937, junto a varias pequeñas batallas en la zona entre Martos y Lendínez.
Jaén capital hasta ese momento vive una relativa tranquilidad, casi ignorante de la guerra.
Miguel Hernández, poeta corresponsal del periódico Frente Sur, hablaba de un “sueño blando del aceite” en el que los jiennenses vivían alejados de la vorágine de la guerra.
El bombardeo lo cambia todo, causando una horrible conmoción en los habitantes de la ciudad, entre los que se encuentran los miles de refugiados que vienen hasta Jaén huyendo de la guerra en las provincias limítrofes, cuya presencia hizo que la población de la provincia llegara a duplicarse.
Existe
la creencia de que la orden de bombardeo a Jaén parte del inefable
Queipo de Llano en respuesta al bombardeo que la aviación republicana
había hecho sobre Cabra (Córdoba) ese mismo día.
Pero
mirando la guerra en su conjunto, comprobamos que este ataque es uno
más en el extenso historial de ataques indiscriminados o terroristas que
se llevaron a cabo durante la Guerra civil por parte nacional y que se
cebaron con zonas no militares, de los que existen cientos de ejemplos
en las poblaciones de la provincia limítrofes con Córdoba que fueron
reventadas literalmente por las bombas (Andújar, Arjonilla, Martos,
Linares) sin motivo más que el de generar terror, miedo y muerte.
El
bombardeo de Jaén comienza en el aeródromo de Tablada (Sevilla) con
orden de operaciones 295 en el que se ordenaba que 6 aviones trimotores
Junkers 52 alemanes, escoltados por 3 cazas Fiat CR-32 italianos y 6 Heinkel-51 alemanes realizaran
el ataque.
Imagenes procedentes de la Exposición "1 de Abril de 1937. Jaén Bombardeada" |
Los aviones fascistas llegaron a Jaén aproximadamente a las cinco y veinte de la tarde pasando detrás de Jabalcuz y entrando desde las Peñas de Castro.
Los
Junkers, protegidos por los cazas, se organizaron en dos grupos de tres
aviones y atacaron la ciudad desde el sur, entre la zona de la Catedral
y San Ildefonso (en la fachada aún se pueden ver los efectos del bombardeo) donde
soltaron casi 5.300 kg de trilita arrasando toda esa zona, que era por
entonces el centro de la ciudad y que a esa hora era un hervidero de
actividad con las calles llenas de mujeres y niños que compraban o hacían cola para adquirir petróleo, carbón y pan.
“El
bombardeo me impresionó mucho. Los familiares a los que cogió fuera
lloraban desesperados en los escombros. Recuerdo a un niño, de unos diez
años, muriendo entre una puerta y la pared. Todo el tiempo que duró el
bombardeo lo pasamos en un patio que había allí muy amplio y yo hacía lo
que veía hacer a los demás. Me ponía las manos en la cabeza”.-estas son
las declaraciones de Josefina Manresa, mujer de Miguel Hernández, la cual vivió el bombardeo en primera persona.
El bombardeo causó 159 víctimas y 280 heridos aproximadamente. El
día siguiente al bombardeo, desde el Ayuntamiento se encarga la
construcción de seis refugios con una capacidad para 9000 personas y se
dictaron normas para el oscurecimiento nocturno de la ciudad.
Finalmente, fueron construidos 35 refugios públicos, junto a
otros 114 en casas privadas de los que en la actualidad solo quedan dos
visitables, el de la plaza de Santiago y el que está en el albergue
juvenil, ubicado bajo el antiguo hospital San Juan De Dios.
Junto a estos, se constituyó la comisión de la Defensa Especial Contra Aeronaves (DECA) compuesta por el Frente Popular y el Ayuntamiento de Jaén, que
organiza un sistema de vigilancia con patrullas en las torres de la
catedral y el castillo, con sirenas, prismáticos y teléfono para avisar
en caso de ataque "con el objetivo de dotar a la ciudad de un mayor número de refugios antiaéreos”.
Al
citado refugio del albergue juvenil, se accede por varias estancias del
edificio que nos conducen a una estancia subterránea de unos 160 metros
con galerías de unos 2 metros de altura que se reducen en algunos
lugares y de unos 1.50 metros de ancho que en otras estancias se
amplían.
Una
de sus más importantes curiosidades es que estuvo dotado de un
quirófano que todavía conserva los azulejos originales y las hornacinas
donde se almacenaba material.
En
la actualidad, poco más se puede describir de este histórico lugar que
si finalmente consigue abrirse y ponerse en valor, sin duda se
convertirá en un importante reclamo turístico como ya lo es el Refugio
de la Plaza de Santiago, y en un gran contenedor de historia que pueda
mostrar y dar a conocer tanto como hoy se mantiene olvidado en cuanto a
historia se refiere.
Ojalá
muy pronto pueda volver a escribir sobre este lugar y sea para contar
cómo ha pasado de ser el gran extraño, a ser uno de tantos lugares
turísticos que tanto necesita nuestro Jaén.