Saludos, amigas y amigos.
No sabemos qué tienen, pero las cuevas, los pasadizos y demás estancias
subterráneas, tienen un halo de atractivo que no dejan indiferente a
nadie.
A unas personas les atraen los secretos que puedan ocultarse bajo el suelo y a otras de igual manera les provocan miedo.
Las cuevas fueron nuestros primitivos hogares y sobrados ejemplos
tenemos en nuestra provincia y fuera de ella, de cuevas habitadas hace
cientos de miles de años que se encuentran decoradas con pinturas
rupestres o guardan importantes restos de aquellos que las habitaron.
Con
el paso de los siglos, estas se convirtieron en refugios improvisados
en guerras o tiempos tumultuosos y finalmente se convirtieron en muchas
ocasiones en parte misma de pueblos y ciudades, unas veces
reaprovechadas como almacén, bodega o cuadra para animales.
Con
el tiempo, el hombre comenzó a excavar sus propias cuevas, y muchos
cerros se llenaron de minas, muchos castillos escondieron bajo su suelo
pasadizos de múltiples usos y muchas viviendas y ciudades se llenaron de
refugios que protegieron de guerras y bombas.
Nuestro
Paraíso Interior guarda un enorme abanico de estancias subterráneas,
naturales y artificiales, que forman una página aparte cuya visita es muy
recomendable para conocer los secretos y tesoros de esta
provincia que no deja de sorprender.
Por eso hoy, os invito a descubrir el
Jaén Subterráneo.
Bedmar: La Cueva de Cuadros
Posiblemente una de las cuevas más frecuentadas de la provincia, sobre todo en verano.
Cientos
son las personas que anualmente se dirigen a este rincón de
Sierra
Mágina, próximo a la localidad de
Bedmar y que tras una visita al
Santuario de la Virgen de Cuadros, se adentran en el Río homónimo, para
llegar hasta las profundidades de la cueva excavada por el agua durante
siglos.
Las frescas aguas del río que provienen de las
altas cumbres de esta serranía forman una atmósfera muy fresca, que
invita al disfrute y el deleite de este lugar, rodeado de una profusa
vegetación de rivera donde las rocas, modeladas durante miles de
años, toman curiosas formas creando una estancia subterránea única.
La Ciudad Oculta de Alcalá la Real
El gran Castillo de la Mota, no deja de dar sorpresas a cada paso que se da en su proceso de restauración.
Tras
muchas décadas de trabajo, hace pocos años fueron descubiertos y
abiertos al público un buen puñado de espacios construidos bajo esta
ciudadela fortificada. Al gran número de aljibes que existían en el
castillo, se les sumó el descubrimiento de un enorme nevero, que nos
permite adentrarnos muchos metros bajo la antigua
ciudad de la Mota.
Aquí, durante siglos, se guardó la nieve que durante la
Edad Media se
transportaba desde
Sierra Nevada y se aprovechaba en multitud de
usos.
Pero sin duda, la joya de la corona, surgió al
abrirse al público la
Ciudad Oculta de la Mota. Durante siglos, los
pasadizos y estancias subterráneas que existían bajo el castillo fueron
objeto de debate y parte de leyendas en esta ciudad, hasta que
finalmente estos pasadizos subterráneos fueron recuperados y puestos en
servicio para sorpresa y deleite de cuantos visitan esta ciudad. Pozos
subterráneos, minas y contraminas, antiguas viviendas y tremendas
historias, guardan estos pasadizos bajo la mota, que sorprenden al
visitante constantemente, por muchas veces que los visite.
Los Refugios Antiaéreos de Martos
Que el subsuelo de
Martos guarda incontables secretos no es nada nuevo.
La leyenda de la
Cueva de Hércules que se encuentra bajo la mole pétrea de
la
Peña de Martos y en cuyo interior se esconden misterios, tesoros y
secretos desde hace siglos, es un secreto a voces que pasa de padres a
hijos, en cada generación de marteños.
Pero entre tanta leyenda, cada cierto tiempo surge la realidad, en forma
de pasadizo subterráneo y como siempre, en ese momento se desata la
polémica.
Se habla de refugios antiaéreos que protegieron a los marteños del azote
de la aviación sublevada durante la guerra civil y que agujerearon el
suelo de la ciudad como un queso.
Pero como
siempre, surge la duda sobre si la existencia de los mismos se inicia
durante la guerra, o los mismos pasadizos subterráneos ya
existían antes de la lucha armada y salvaron vidas de las bombas, como
anteriormente lo hicieron de asedios y ataques medievales.
El
celo y el secretismo con el que muchos son guardados, no hace más que
alimentar el misterio y la leyenda que en torno a estos lugares
existe.
Jaén: Bodegas, Refugios y Baños Árabes
La capital guarda un ingentísimo patrimonio oculto en su suelo que en
demasiadas ocasiones no recibe la atención ni el cuidado que se merece.
Bajo el suelo de la ciudad se esconden más de 30 refugios antiaéreos
públicos y más de 100 privados, como muestra muda del horror de los
bombardeos franquistas, alemanes e italianos en la ciudad.
De todos ellos, solo el
Refugio de la Plaza de Santiago se encuentra
abierto al público y ocasionalmente el
Refugio del Albergue Juvenil.
Ambos muestran cómo fue vivir en una guerra en la que por primera vez se
usó la aviación contra la población civil.
Junto a estos, mucho más antiguos, se encuentran los
Baños Árabes de
Jaén, ocultos durante siglos bajo el
Palacio de Villardompardo. Unos
baños históricos que son de los más grandes de todo el estado y de los
mejor conservados.
Además, abiertas también ocasionalmente, encontramos las Catacumbas de San Ildefonso.
Un lugar plagado de historia y vedado durante mucho tiempo, que sigue siendo desconocido para propios y extraños en
Jaén.
(imagenes de las catacumbas: Jose Cañada)
Y la lista aún puede ser mucho más larga, pues esta ciudad milenaria guarda aún mucho patrimonio callado bajo su ciudad.
Los Santuarios de Valdecanales y la Veguilla en Rus
Enclavados
entre
Rus y Canena, en el término municipal de
Rus, dos grandes
enclaves llenos de historia son capaces de transportarnos en el tiempo,
milenios atrás.
El
Hipogeo de Valdecanales, escondido
entre olivares y muy próximo al
Pantano de Giribaile, nos habla de un
pasado en el que sus estancias subterráneas excavadas en la roca fueron
habitadas por monjes, que buscaron en la soledad de estas tierras a Dios
y que decoraron estos farallones para mejorar su estancia y para
acercarse al Altísimo desde el recogimiento y la naturaleza.
El
Hipogeo de la Veguilla, nos habla de un tiempo aún más antiguo, en el
que los monjes se adentraron en la tierra, buscando quietud y paz muy
cerca del gran río, que hoy, inunda temporalmente este espacio
perdido en el tiempo y desconocido.
Cuevas del Lituergo
Muy cerca de Villanueva de la Reina, a orillas del Guadalquivir,
encontramos un conjunto de cuevas escondidas entre el bosque de rivera.
Estas
oquedades excavadas en la roca guardan una dilatada historia de los
habitantes de esta zona de
Jaén y de cómo el hombre ha sabido vivir
en el lecho de la madre tierra hasta hace pocas décadas.
El paseo además de ofrecer muchas posibilidades para senderistas,
amantes de la historia y de la naturaleza, es una visita obligada para
aquellos a quienes estos lugares subterráneos cautivan. (Imagenes Rafael Alarcón Sierra)
El Oratorio de Giribaile
El
Castillo de Giribaile no deja de sorprender constantemente al visitante.
El
yacimiento arqueológico que se esconde bajo el subsuelo de este cerro
no deja de arrojar nuevos descubrimientos conforme avanzan las
excavaciones.
Su castillo es un histórico mirador que ofrece unas
vistas increíbles, y debajo del mismo, encontramos un Oratorio
Subterráneo que a pesar de que hace algunos años sufrió un derrumbe
que borró para siempre estas estancias subterráneas, sigue cautivando y
mostrando al visitante un recinto religioso desde hace milenios, que ha
sido habitado hasta fechas muy recientes, mostrando una vez más que el
hombre sigue muy ligado a esta tierra madre que le vio nacer.
Cueva del Majuelo, Pegalajar
De
todas las cuevas existentes en la provincia, posiblemente la más
singular la encontraremos a las puertas del
Parque Natural de Sierra
Mágina, en Pegalajar.
La
Cueva del Majuelo o los
Majuelos se esconde muy cerca del núcleo urbano de la localidad,
escondida bajo una enorme sierra que guarda en su interior una enorme
estancia de más de 25 metros de altura y gran extensión. La
singularidad de este lugar se encuentra en que hoy esta enorme
estancia subterránea da cabida a un restaurante en el que se organizan
todo tipo de celebraciones y fiestas, adornadas en uno de los más bellos
y diferentes restaurantes de toda Andalucía.
Sinagoga del Agua, Úbeda
Un tesoro en mitad de la Úbeda vieja.
Una muestra de los secretos que esconden las ciudades milenarias de
Jaén y que muchas veces no reciben su merecida atención.
En el subsuelo de lo que hasta hace unos años fueron viviendas y una
peluquería, surgió no hace mucho un antiguo templo, perdido por siglos.
Tras
la excavación y puesta en valor del lugar, nos encontramos con una
sinagoga escondida, donde abundan los pozos, pasadizos y baños rituales,
propios de la cultura judaica.
Cada rincón del lugar cuenta una historia y cada historia, nos acoge e
impregna de la magia y la energía de este lugar, único en nuestro país.
Bóveda del Río Cerezuelo, Cazorla
En el corazón histórico de Cazorla, se esconde un tesoro que
afortunadamente es visitable desde hace varios años y se ha convertido
en uno de los mayores reclamos turísticos de esta localidad.
Bajo la
Plaza de Santa Maria y bajo el templo del mismo nombre, nos
encontramos con la bóveda subterránea por la que circula el
Río Cerezuelo.
Una maravilla arquitectónica sobre la que descansa la plaza y la iglesia
por la que hoy día circulan cientos de visitantes, descubriendo los
secretos y leyendas de esta ciudad serrana que sorprende hasta en su
subsuelo.
Cueva del Agua, Quesada
En el corazón de la
Sierra de Cazorla, muy cerca de la aldea de
Tíscar,
del castillo homónimo y del
Santuario de la Virgen de Tíscar, se
encuentra una de las mayores maravillas naturales de la provincia.
Para acceder a ella, debemos cruzar un angosto túnel que nos
sumerge en las entrañas de la tierra y cuando renacemos de él, nos
encontramos con una majestuosa cavidad de enormes proporciones, donde el
agua es la reina y señora del lugar.
Descender por ella, es viajar a un mundo subacuático donde las rocas han
sido moldeadas, bien por los torrentes y cascadas que surcan este
lugar, bien por el constante goteo de agua que forma estalactitas y
estalagmitas.
Un templo de la naturaleza cuya visita tiene un aire casi iniciático y
es que tanta historia y tanta belleza como aquí se encuentra, enamoran
hasta un punto que solo el que ha visitado el lugar entiende.
Ermita de Chircales, Valdepeñas de Jaén
A unos kilómetros de
Valdepeñas de Jaén, ya adentrándonos en la
Sierra Sur, se alza la
Ermita del Cristo de Chircales.
Escondida entre sierras, bosques, olivares y árboles frutales, esta ermita se
alza rodeada de multitud de cuevas y covachas habitadas y utilizadas
durante siglos por ermitaños.
Pero sin duda, la más
especial es la cueva que se esconde en el interior de la ermita misma,
que guarda mucha historia de la admiración y veneración hacia el
Cristo
de Chircales. Dependiendo de la historia que se atienda, esta nos habla
del descubrimiento por parte de unos pastores en el interior de la cueva
del cuadro del Cristo, o bien, de la historia de cómo un arriero, en
agradecimiento a los ermitaños, regaló el cuadro del Cristo de Chircales
que muy cerca de la cueva se venera.
Minas de la Aquisgrana, La Carolina
Que una provincia minera como
Jaén, no tenga abierta al público alguna de sus minas, es un pecado para nuestra historia.
El único ejemplo de ello es el
Parque Minero de la Aquisgrana en La Carolina.
Desde aquí, podemos conocer parte del pasado de esta ciudad que vivió
hace un siglo una época dorada, donde el corazón de la tierra abasteció
buena parte de la industria nacional y extranjera.
Cueva de la Lobera
A las afueras de
Castellar, se encuentra un
Santuario Íbero ancestral escondido en las entrañas de la tierra.
Hace siglos, aquí, se adoraba una antigua deidad que atrajo a miles de visitantes que acumularon miles de exvotos en la cueva.
En aquel tiempo, en los equinoccios, el sol se adentraba en la cueva
formando la imagen de la diosa que aún hoy se forma en estas
épocas.
Bedmar: Cueva del murallón
La única cueva de todo nuestro recorrido que necesita de un permiso para acceder.
También es la más espectacular. (Imagenes @BedmarImagina)
Se trata de una monumental cavidad natural, plagada de estalactitas y
estalagmitas de tremendo tamaño, a la que como digo, solo se puede
entrar con permiso y debidamente equipado, pues el lugar es de unas
proporciones colosales.
Cueva Terriza, Fuensanta de Martos
A tiro de piedra de la localidad de
Fuensanta, apartada de olivares y
escondida en un bosquete de encinas y roquedales, encontramos esta cueva.
Escondida bajo la sombra de una higuera, que hace que en ocasiones pase desapercibida, esta oquedad ofrece dos caras.
La primera, es la accesible, y es que forma una gran estancia
subterránea en la que habitan multitud de cabezas de ganado en ocasiones
y múltiples especies salvajes igualmente.
Pero además, esta cueva se torna en un pozo vertical al que solo se
puede acceder con equipo apropiado, haciendo que el lugar sea una
delicia tanto para aficionados como para expertos en la materia.
Y hasta aquí, nuestro recorrido. Obviamente no son todos los que están, y mi objetivo es ir ampliando poco a poco este articulo. No cabe duda, que esta provincia guarda un extenso patrimonio bajo su suelo, que aún queda mucho por conocer. Tiempo habrá de hacerlo.