¡Saludos, amigas y amigos!
Pasada
ya la Semana Santa, que para muchos ha sido un éxito porque este año
ha hecho "pleno" y la lluvia no ha interrumpido ni una sola procesión,
pero para mí y para muchos supone una preocupación creciente,
puesto que este 2017 está siendo un año extremadamente seco que amenaza
con una catástrofe para nuestros campos y olivares; os voy a invitar a
conocer una singular ruta histórica, para que una vez más nos sumerjamos
en la historia e intentemos olvidar aunque sea momentáneamente estos
pesares cotidianos.
Hoy, os quiero invitar a una ruta que nos traslada a uno de los periodos más
convulsos de nuestra historia reciente, que en este mes de abril es
tenida en cuenta por muchas personas, ya que en abril se cumple el
aniversario de la Proclamación de la II República Española, al tiempo
que se produce el aniversario del final de la Guerra civil y el dramatico aniversario del dantesco bombardeo de Jaén.
Este
mes está marcado a fuego en el calendario por la Recreación de la
Batalla de Lopera, que tras el éxito rotundo de la primera edición del
año pasado, vuelve, seguro que con más fuerza, como un evento único en
nuestra provincia, en el que historia, recreacionismo, cultura y
turismo, se dan la mano atrayendo a personas de media España.
Hoy, nos vamos a descubrir la Ruta de la Batalla de Lopera.
Antes
de nada, quisiera puntualizar algo. Muy posiblemente, en esta larga
ruta que hoy vamos a descubrir, me falte algún que otro lugar que
conocer y que mostrar. Debo pedir perdón antes de nada por ello y es
algo que con el tiempo iré puliendo, pero...es que no me ha quedado
otra, puesto que por más puertas que he tocado y llamado, pidiendo ayuda
para descubrir cada uno de los lugares importantes que hoy os voy a
mostrar...a excepción del Ayuntamiento de Lopera y su alcaldesa, nadie ha
querido prestarme ni la más mínima ayuda ni mucho menos atención...como
si el patrimonio que hoy os voy a enseñar... fuera propiedad de alguien
o como si alguien tuviera la exclusividad del mismo.
Yo
que he visitado los escenarios de la Batalla de las Navas, de Bailén,
del Campo de Batalla de Baecula y que al hacerlo e informar de que hacía la
visita no solo por interés personal, sino que además lo hacía para
contarlo y promocionarlo, prácticamente me han llevado de la mano a cada
mínimo resquicio interesante, os digo que jamás me había ocurrido lo
que os cuento en Lopera... igual hoy día y en este lugar, la historia
tiene dueño y señor...
Entrando ya, en lo importante, sumerjámonos en la historia y comencemos este periplo en esta singular ruta histórica.
-El día de la Infamia: 18 de Julio de 1936.
Este
día se inicia en media España un golpe de Estado que rápidamente
desencadena una Guerra civil fratricida, en la que participaron varios
países europeos de un modo u otro a pesar de que en teoría era una
Guerra "civil". La España atrasada hasta entonces, donde el hambre, el
analfabetismo y la desigualdad eran problemas de Estado y donde las
yuntas de mulos y burros que labraban trabajosamente los campos
empobrecidos eran la imagen predominante, se vio convertida en cuestión
de días, en un laboratorio de pruebas, donde los más modernos tanques,
aviones, fusiles, cañones y demás armamento fueron probados (para tiempo
después, ser usados en la II Guerra Mundial).
Ese 18 de Julio convulso, el gobernador de Jaén Luis Rius Zunón, se convierte en el primero de España en enviar
un telegrama al gobierno de la nación para informar del fracaso del
golpe de Estado en la provincia (debido a la organización del
Frente Popular, a la pasividad de las escasas fuerzas golpistas y a la
actitud titubeante de la guardia civil) declarando la fidelidad de la
provincia a la República.
La
provincia de Jaén, quedaba en zona gubernamental hasta el mes de
septiembre, cuando los tambores de guerra sublevados llegaban a la
provincia y conquistaban parcialmente la población de Alcalá la Real, al
tiempo que retumbaban en las estribaciones de Sierra Morena al
iniciarse el Asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza, donde un
grupo de guardas civiles sublevados y sus familias se habían encerrado,
quedando sitiados por las fuerzas de la República.
Aún
así, la guerra en sí misma no llegó hasta nuestra provincia con toda su
fuerza hasta la sangrienta Navidad de 1936 con el inicio de la llamada
"Campaña de la Aceituna", en
la que el general golpista Queipo de Llano y sus colaboradores
decidieron
lanzar una ofensiva para tomar Martos y Jaén y dirigirse al Paso de
Despeñaperros que les llevara fácilmente a Madrid, al tiempo que les
permitiera apoderarse de la gran
cosecha de aceite y romper el cerco en el Santuario de la Virgen de la
Cabeza.
En esta ofensiva, se enfrentaron los facciosos al mando del coronel Redondo, con 4000
soldados marroquíes y españoles organizados en grupos como el Tercio Virgen de los Reyes, Isabel la Católica o La Merced, contra milicianos republicanos y miembros de la XIV Brigada Internacional compuesta por voluntarios
franceses, británicos y polacos que formaron parte del Ejército del Sur, bajo el mando del
general Martínez Monje y después por los coroneles Hernández Saravia y José Villalba Rubio.
-La Guerra en el Olivar: Navidades de Sangre
El
13 de diciembre,
con un potente apoyo de la aviación alemana y de la artillería, comenzó
la ofensiva que se topó con gran resistencia de las milicias
republicanas. Progresivamente, Cañete de las Torres, Valenzuela,
Bujalance y
Villa del Río, fueron conquistadas (parte de la provincia de
Córdoba había ido cayendo en manos rebeldes desde el inicio de la
guerra) tras varios combates que se
alargaron hasta la pascua de Navidad.
El
día de Navidad se inicia el asalto a Lopera y por tanto a la provincia de Jaén, con lo que la posibilidad
de que los sublevados se adentraran en Jaén se convierte en real para el
mando republicano en la zona.
Los militares leales deciden entonces, (con la oposición del ruin coronel Segismundo Casado, quien denodadamente afirmaba que no había peligro) organizar una contraofensiva que reconquistase Lopera y alejar el peligro de los rebeldes en la zona. Para apoyar a los milicianos de la República, se envió a la XIV Brigada Internacional, creada el 1 de diciembre.
-Llegan los Internacionales:
Tras
viajar en tren desde Albacete a Andújar, los internacionales son formados
en 6 batallones de unos 600 hombres cada uno, además de un escuadrón
de caballería, una batería de artillería y una unidad de ingenieros
zapadores liderados por el veterano comunista polaco Karol Świerczewski
conocido como ‘general Walter’ y el italiano Riccardo Formica cuyo
nombre real era Aldo Morandi, como jefe del Estado Mayor.
Llegan
a la estación de tren de Andújar, que en la actualidad muestra una
imagen bastante alejada de lo que sería en aquellos años ese lugar, donde
la aviación aún estaba en pañales, de igual modo que la automoción sería
un lujo para ricos y el ferrocarril era el modo de viajar más rápido y
asequible.
Hoy, cuando todos disponemos de automóvil, este medio de transporte se encuentra olvidado por muchos y en los andenes reina el silencio, roto en alguna ocasión por el paso de un tren ocasional, en esta provincia en la que ese invento del AVE, sigue siendo un sueño y nada más.
Desde
la estación de Andújar que se encuentra a las afueras de la ciudad,
muy cercana al puente romano que cruza el Guadalquivir, partieron los
brigadistas camino de la cercana localidad de Marmolejo, donde pasarían
la noche en el antiguo hostal Los Leones, hoy convertido en residencia
de la tercera edad, que se encuentra muy próximo a la plaza del pueblo,
al monumento a la Constitución Española y al Paseo de la Libertad,
construido tres años antes, en 1933.
En el hotel, donde aún rugen dos pequeños leones, pasaron las últimas horas de tranquilidad los brigadistas venidos de media Europa. Para muchos, fue la última noche en paz de sus vidas.
Camino ya de Lopera, por carreteras hoy medio olvidadas, aún encontramos restos que muy probablemente pertenezcan al periodo de la guerra, aunque es posible que pertenezcan a un periodo posterior.
En mitad del olivar, a medio camino entre Marmolejo y Lopera, encontramos los restos de una fortificación de hormigón que esconde lo que parece ser una trinchera subterránea que permitiría cruzar la carretera de un lado a otro bajo la misma. En la actualidad, una de las entradas se encuentra parcialmente enterrada, mientras que la otra se encuentra bastante bien, oculta bajo el matorral bajo.
Si nos adentramos en él, nos encontramos con un pasadizo hoy medio lleno de tierra, al que se accede por un túnel con escaleras. El lugar en sí, se encuentra ignorado por casi todos, sin que se sepa mucha más información del mismo. Aquí, en Marmolejo, también existen varios conjuntos de trincheras que resisten el paso de las décadas estoicamente, contando que en este lugar se estableció una divisoria entre frentes, pero de ellos hablaremos en otra ocasión.
-La Batalla de Navidad:
El
26 de diciembre, mientras los facciosos se atrincheran en Lopera, internacionales y milicianos se agrupan al tiempo que una
avanzadilla llega al cercano cerro de san Cristóbal, próximo a Lopera.
La
contraofensiva sobre Lopera comenzó el 27 de diciembre y el ataque lo
lleva a cabo la infantería apoyada con blindados ligeros, que atacando
desde el camino de Marmolejo y la carretera de Andújar, consiguieron
llegar al cerro del Calvario, siendo repelidos por los rebeldes, armados
con mayor artillería y apoyados por la aviación nacional.
Uno de los brigadistas que luchó en aquel lugar contaba días más tarde cómo fue el ataque de los brigadistas:
“De
las cuatro de la madrugada a las once de la noche luchan por el
pueblo. Llega la aviación enemiga en misión exploradora, deja caer su
carga de bombas y dispara sus ametralladoras sobre las columnas que
avanzan. La compañía inglesa marcha a la cabeza de la brigada. Los
jóvenes de Londres y Lancashire llegan hasta
las primeras casas del pueblo, pero son obligados a retroceder: cae
sobre ellos una tempestad de hierro y fuego. Deben consolidarse en una
línea retrasada y excavan refugios improvisados entre los olivos, en
la tierra floja, se ocultan entre las gruesas raíces a flor de tierra y
detrás de los troncos; resisten durante horas, sin ceder ni titubear.”
El
28 de diciembre empezó con fuego de artillería del Ejército Popular de la República sobre Lopera, a
lo que siguió un contraataque rebelde y los ataques y contraataques se
fueron sucediendo hasta que los brigadistas llegaron a tomar de nuevo el cerro
del Calvario, para finalmente ir replegándose progresivamente.
Entre
las numerosas bajas sufridas entre los brigadistas estaban los poetas
británicos John Cornford y Ralph Fox, mientras que entre los franquistas,
murió uno de
sus líderes, el torero falangista El Algabeño, de conocida fama en Sevilla y Córdoba en la
represión ejercida por los rebeldes de Queipo.
La
batalla del día 29 comenzó con el avance de los rebeldes hacia Porcuna. Se movieron a través de los olivares para provocar
una sorpresa entre los soldados de la República y tratando de fortalecer sus posiciones, evitaron la acción que la artillería republicana hacía desde esta localidad.
Pero
en ese momento, los brigadistas atacaron de nuevo Lopera llegando a combatir en
el casco urbano, y los franquistas que se encontraban en las
proximidades de Porcuna, se vieron obligados a enviar refuerzos para
evitar quedar embolsados entre las dos localidades. Este nuevo
contraataque finalmente produjo la retirada progresiva de las tropas de
la República que se replegaron hacia las cercanas Arjona y Arjonilla.
Así se da por finalizada la batalla de Lopera y Porcuna cayó el 1 de enero de 1937.
Los
brigadistas sufrieron unos 400 muertos y cerca de 450 heridos. Los
rebeldes por su parte tuvieron 350 muertos y una cifra similar de
heridos. Lopera sufrió graves daños en la iglesia, el castillo o el
ayuntamiento. La batalla supuso una victoria limitada para los militares
franquistas, que no lograron su objetivo de acercarse a la capital de
la provincia,
ni a Despeñaperros.
Por
parte republicana, el Ejército de la República no consiguió el objetivo de expulsar a los
sublevados de la zona pero con los refuerzos que se enviaron
posteriormente a Jaén, Torredonjimeno, Martos y Andújar, evitaron que
los rebeldes avanzasen en la provincia, impidiendo la toma del
Santuario de la Virgen de la Cabeza, que se rindió
el 1 de mayo de 1937.
-Los restos de la Batalla:
En
la actualidad, Lopera es una hermosa localidad enclavada en la zona más
occidental de Jaén, en plena frontera con Córdoba. Su castillo calatravo es una joya recuperada con el esfuerzo de todos los
loperanos/as que, junto a sus aceites de oliva y vinos, es un orgullo de
los habitantes de esta zona de Jaén.
Los
vestigios de la Guerra civil, que durante décadas han estado olvidados y
en gran parte de los casos han sido borrados del mapa, siguen en
algunos lugares del municipio presentes y no han sido pocas las
ocasiones en las que los vestigios de la lucha han ocasionado alguna
desgracia personal, puesto que aún hoy siguen apareciendo proyectiles y
bombas.
Realmente,
en los lugares donde la lucha fue principal: El Saetal, Cerro de San
Cristóbal, Cerro del Calvario...en la actualidad, no tienen nada en
absoluto de especiales, a excepción del Cerro de las Esperillas, donde
aún resiste una pequeña porción de trincheras fronterizas con el
olivar, que van camino de ser historia, al estar colapsadas con
basuras y escombros.
Realmente, los vestigios de la Guerra en Lopera, son posteriores a la batalla en su mayoría, como el Fortín antitanque, que se encuentra en el llamado
Pago de Valcargado junto a la carretera J-2050 que, a pesar de que fue convertido en vivienda y su estructura en parte
modificada, sigue conservando la forma con la que fue construido.
Junto a este, se alza una casamata en la que se escondería una ametralladora en muy mal estado ya que está rodeada de árboles y su aspecto es bastante ruinoso.
Más cerca de Lopera, a unos dos kilómetros del pueblo y en la carretera que lleva hacia Bujalance, se localiza un conjunto de casamatas y trincheras en bastante buen estado de conservación junto al cauce del Arroyo Salado.
Encontramos primero un reducto en forma de L plagado de troneras para las ametralladoras y huecos para guardar la munición, construido con hormigón armado y acero. Bajo este, probablemente existiera un pasadizo subterráneo al que se accedería por unos huecos en el suelo. A unos metros encontramos otro reducto similar, quizás en peor estado, que guarda algunas muestras de la acción de la aviación republicana, que destruyó parte del mismo.
Desde aquí, veremos también el Puente sobre el Arroyo Salado que fue dinamitado para dificultar la entrada de los franquistas y aún hoy en día muestra una clara diferencia entre su parte antigua y la reconstruida.
Es precisamente en este paraje donde se lleva a cabo la Recreación de la Batalla de Lopera, que el pasado año atrajo a centenares de visitantes.
Son tantos los vestigios de la Guerra civil en Lopera, que desde hace varios años se han ido recogiendo y recopilando en una pequeña colección que se espera forme parte de un Futuro Museo de la Batalla de Lopera, único en Andalucía y en la provincia.
Pero es que además, hace algunos años, Lopera, fue elegida como escenario de parte de la grabación de la película La Mula que transformó el pueblo llevándolo de nuevo a aquellos años de la Guerra civil.
No hace falta decir mucho más...si os gusta la historia, el recreacionismo y disfrutar de estos paisajes olivareros interminables, no os perdáis la II Recreación de la Batalla de Lopera.
¡Seguro que volveréis!
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