Castellar, una puerta al pasado

Me gustaría dedicar hoy este articulo a Castellar, un pueblo aceitunero de la comarca del Condado que guarda muchos secretos y un singular pasado que afortunadamente ya empieza a ser conocido.

Hablar de Castellar es sin duda hablar de historia, de mucha historia. Caminar por sus calles entre edificios monumentales es caminar  por donde han pasado muchísimas culturas, es sentir el peso de la historia y sentir que estamos siguiendo los pasos de aquellos primeros pobladores de nuestra provincia, de aquella cultura íbera única en nuestra tierra que como ocurría en el pasado sintió y escogió el lugar de Castellar  para convertirlo en un lugar de referencia para su cultura.

 

Hablar de Castellar, es sin duda hablar de La Cueva de la Lobera un lugar especial, ya que en él, se encuentra un santuario íberico integrado en la ruta Viaje al Tiempo de los Íberos.

Esta cueva, que se encuentra a un kilometro escaso del pueblo, comenzó a ser excavada de forma clandestina durante él siglo XIX, creándose incluso la Sociedad de Excavaciones de Castellar para explotar el sitio, y durante todo este siglo, fueron muchas las colecciones privadas que se llenaron de exvotos de Castellar, ya que se estima que fueron sacadas ilegalmente más de 4000 piezas.

 

No fue hasta los años 70 del pasado siglo cuando se comenzaron a realizar excavaciones arqueológicas serias, ya que con anterioridad, los antiguos dueños habian puesto todas las trabas imaginables para seguir expoliando el lugar.

Las excavaciones arrojaron unos resultados, que nos muestran un santuario ancestral usada desde el siglo III A.D.C. El lugar estaba formado por varias terrazas y cuevas dónde se concentraban los fieles para realizar rituales comunitarios y en donde se localizan también varios manantiales que tendrían igualmente un carácter curativo y sanador.

En la cueva se ofrecían exvotos de bronce que se acumularon por miles, en los que allí se pedia, fecundidad y fertilidad, ritos de armas, ritos de curación al tiempo que rogaban por el buen paso de un periodo de la edad a otro (de niño a pubertad, de matrimonio a maternidad).

Recreación del santuario

En este lugar se realizarían peregrinaciones en ciertas épocas del año, sobre todo en los equinoccios donde el sol se adentra en la cueva y dibuja una imagen de una diosa femenina en lo más profundo de la cueva.

Vistas desde el yacimiento-Primera Terraza

Dicho lugar, marcaba además la frontera entre territorios y se encuentra junto a la llamada Vía Heraclea, por lo que era un lugar de paso obligado, que se fue transformando tras la irrupción de los romanos.

Exvoto de Castellar

En los abrigos y cuevas de la lobera aún parecen retumbar los cánticos y rituales ancestrales y es que este lugar sigue impregnado de una magia singular que solo quien se acerca puede percibir.

De vuelta al pueblo para complementar la visita a La Lobera nos espera el Palacio de Medinaceli, antiguo emplazamiento del castillo del que aún queda alguna torre, que restaurado y convertido en Museo del Santuario nos ayudara a conocer la importancia que tuvo el lugar para el mundo íbero, cuya visita, ocupara una entrada aparte en este blog.

Castellar es también un pueblo monumental: la Colegiata de Santiago y la Iglesia de la Encarnación son una preciosa muestra del patrimonio castellariego, a lo que se le unen singulares parques, callejas acogedoras y unas gentes siempre abiertas y amigas al visitante, que hacen que el paseo por el pueblo se muestre acogedor, como si desde un principio el pueblo nos quisiera hacer parte de tan histórico lugar...

Aquel que afortunado pase por Castellar que no dude un instante en conocer este pueblo y los muchos secretos que esconde, es realmente un pueblo para descubrir!