Y cuando hablamos de aceite, hablamos de Martos que desde hace ya muchos años muestra con orgullo el título de Mayor productor de aceite de oliva del mundo, un título que posiblemente en la actualidad ya no tenga tanta vigencia con la extensión de nuevos y modernos cultivos en la región, pero que nos sigue recordando la importancia fundamental que este enorme bosque con millones de árboles tiene para nuestra ciudad.
De Martos surge un tipo de aceituna, la Picual que casi ha sido rebautizada como Aceituna Marteña. Aquí encontramos un bosque humanizado que ocupa la mayor parte del término municipal, donde la gran mayoría de los árboles sobrepasan los dos siglos de vida.
Nuestra historia está muy ligada al olivar y aunque realmente su cultivo no comenzó a extenderse hasta los albores del Siglo XX, encontramos multitud de referencias sobre nuestra relación con el olivo. Se sabe que uno de los primeros molinos aceituneros que existieron en nuestra ciudad se construyó en la Fortaleza Inexpugnable de la Peña de Martos para abastecer a los vecinos que vivían en la cima de la peña en la Edad Media. Uno de nuestros monumentos más antiguos el Sarcófago Paleocristiano (Siglo IV) fue encontrado en 1896 en unas obras del antiguo molino del Rey... y gran parte de los edificios históricos que encontramos en el ensanche de la ciudad ( Hotelito, Palacetes de la Avenida de San Amador, Casa de los Feijoo ) fueron construidos por familias acomodadas que se establecieron atraídas por el florecimiento de la industria oleícola.
Y qué decir del famoso y por desgracia, desaparecido Tren del Aceite...
Puesto que se acerca una de nuestras fiestas más importantes y vistosas, la Fiesta de la Aceituna, os invito hoy a una ruta turística para conocer nuestros olivares, sobre todo los más famosos y longevos de la ciudad.
Una visita obligada, será la Ruta de los Olivos Centenarios que se encuentra en el Llano de Motril a escasos 2 Kilómetros del casco urbano en dirección a Santiago de Calatrava, donde se alzan altaneros olivos con más de 500 años de historia sobre sus añejos troncones, que en años pródigos producen unas enormes cantidades de aceituna. Estos olivares guardan cantidad de historias y secretos: por ejemplo, en este mismo lugar en la guerra civil fueron cortados un buen número de ejemplares para abastecer de leña a la población y para aprovechar además la instalación de un pequeño campamento militar que controlase la carretera, ya que el frente de combate se encontraba en la cercana localidad de Porcuna.
Pero nuestra visita no se puede quedar ahí...
El llano de Motril |
Olivos de la Candonga |
Enorme porte comparado con sus vecinos |
Otro olivo excepcional es el Estacón del Chinche, a unos 2,5 Kilómetros de Martos en dirección a Alcaudete. Llama la atención su enorme tamaño ya desde la lejanía. Casi un monumento vivo formado por tres patas, cuyo porte y peso es tan grande que se han tronchado, descansando en el suelo formando un enorme espacio en su interior.
Estacón del Chinche |
( Formaba parte de estos enormes olivos la llamada Estaca Grande pero fue recientemente podada pasando a ser un añejo olivo más )
Y aparte de estos tremendos olivos aunque pasando desapercibido encontramos uno mas, muy particular cerca del cortijo de El Madroño.
Olivo del Moro con sus muretes |
¿ Qué es realmente el Olivo del Moro ? ¿ Una extraña construcción funeraria ? ¿ Otro estrafalario capricho de agricultor ? ¿ Una excusa para hacer soñar a las muchas personas que a lo largo de los años recolectan sus aceitunas ? ¿ Un aljibe romano ?
Realmente no se sabe a ciencia cierta... Pero en este puente yo les recomiendo que todo el que tenga un rato libre para descansar, se dé un paseo por los olivares Marteños, que se dejen acoger y relajar por el murmullo del viento que mece sus ramas y que escuchen... que acentúen el oído...quién sabe cuántas historias guarden estos ancianos señores de nuestros campos...
Estupenda y atractiva información para quienes tanto queremos a nuestros olivares.
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